sábado, febrero 14, 2015

"Casa de muñecas" de Henrik Ibsen.

Parto de la base de que no me gusta leer teatro. El teatro está pensado y escrito para ser representado y el público asiste al teatro para verlo, escucharlo, participar en él, repensar las escenas y disfrutar con el espectáculo que es diferente según la adaptación, dependiendo de quienes lo representen e incluso de cada concreta representación de la misma obra. Pero un día, no se por qué, me acordé del final de "Casa de muñecas" de Ibsen y me descubrí dándole vueltas a la razón por la cual Nora, la protagonista y, a mi entender, víctima de la obra, abandonaba el hogar conyugal provocando el escándalo, no sólo de su marido, su casa y su ambiente sino de media Europa. 
Y como no acababa de acordarme releí la obra, pero como sigue sin gustarme leer teatro busqué en Internet alguna representación para verla y así empaparme de la atmósfera de la representación e intentar ver mejor las claves de lo que en ella sucede. Y entre las grabaciones que encontré seleccioné dos, una antigua de la segunda cadena en blanco y negro y otra, un Estudio 1 de 2002, con Amaparo Larrañaga en el papel de Nora que sacaba muchas escenas de los interiores en que se desarrolla la obra e incluso adaptaba parte de los diálogos. Esta versión me ha gustado mucho porque las interpretaciones son buenísimas y muestran más a las claras las vivencias de los personajes en relación a los prejuicios que aparecen en la obra y el progresivo agobio que va sufriendo Nora frente a quienes la limitan y dicen qué es lo que debe hacer. La versión en blanco y negro es como más literal y los personajes parecen menos reales.
"Casa de muñecas" no es una obra con muchos personajes. Los personajes principales son el matrimonio formado por Nora y Helmer, con tres secundarios muy importantes para la obra, Cristina, una antigua amiga que Nora que ha enviudado recientemente y el procurador Krogstad, el aparentemente malo malísimo de la obra, y el personaje del doctor Rank, amigo de la familia y admirador de Nora. Los tres hijos de la pareja, la doncella y el aya de los niños tienen poca relevancia.
El hogar que conocemos al comenzar la obra es aparentemente idílico: un matrimonio feliz con tres hijos, un marido que acaba de recibir un nombramiento importante que supondrá una mejora de la situación económica familiar, una relación de pareja que parece hasta empalagosa pero... es una mera apariencia. En la representación de Amparo Larrañaga que os cuelgo ahora después se ve muy claramente que es una especie de juego, de reparto de papeles al que Nora se presta a jugar para evitar consecuencias.
Realmente las condiciones de vida de la casa están muy claras: el marido trae el dinero y controla cómo se gasta, Nora pasa por un juguete, una muñeca a la que su marido se refiere con apelativos como "pajarito", "alondra", "ardillita", "estornino"... para luego decirle con el mismo tono empalagoso "manirrota". Nora necesita dinero y pensamos con su marido que siempre lo despilfarra, que reincide en su "ligereza" de siempre al gastar a manos llenas. El marido ha prohibido a Nora comer dulces y peladillas para que no se le estropeen los dientes y ella los consume a escondidas, como hace tantas cosas que vamos descubriendo a espaldas de Helmer.
Poco a poco conocemos que Nora necesita el dinero para satisfacer una deuda que contrajo precisamente para salvar la vida a su marido pero ocultándoselo para no preocuparle con su estado de salud y falsificando la firma de su padre para ello. Todas estas cosas chocan frontalmente con los rígidos principios de su marido contra el préstamo ("en el hogar sustentado sobre deudas y préstamos se respira siempre una atmósfera de esclavitud") y la cosa se complica cuando el marido de Nora despide del banco precisamente al prestamista que facilitó el dinero a Nora que aparece en escena para amenazar a Nora con contar todo a Helmer. Cristina, la amiga de Nora, no es de mucha ayuda al principio porque parece meter el dedo en la llaga de Nora haciéndole ver lo inapropiado de su conducta, aunque luego colabora en convencer al prestamista para que de una salida airosa a la protagonista.
La atmósfera se va volviendo cada vez más agobiante para Nora pues su marido le dice claramente que una mujer que ha realizado una conducta como la que ella ha llevado a cabo no debería cuidar a sus hijos, que sería mala influencia... Nora va creyendo que efectivamente será una mala influencia y además se da cuenta de que su marido no piensa en los sacrificios que ella ha realizado para que se curara y para hacer frente al pago del crédito con trabajos de costura y copia de textos por la noche sin que él se enterara sino que piensa en el qué dirán y en prohibirle ver a sus hijos.
Parece ser que el final de la obra fue tortuoso para Ibsen porque la actriz que iba a representar a Nora no estaba de acuerdo en que se marchara de casa dejando a los niños así como así, así que Ibsen dio a la obra varios finales.
No se si estoy de acuerdo en que Nora se marche libremente buscando su independencia y abandonando a los hijos como se dice al hablar de la obra. Creo que a Nora no le dejan muchas más opciones porque la que le propone el marido es seguir viviendo bajo su techo pero negándole precisamente la posibilidad de ocuparse de sus hijos. Sería una solución que satisfaría al marido quien habría "castigado" la conducta "inmoral" e incluso "ilegal" de su esposa pero salvaría las apariencias frente a la sociedad. La capacidad de elección de Nora frente a la legislación de la época y el país no es muy grande y elije marcharse buscando al menos una salida para su propia vida e incluso influida por la idea de no ser "una mala influencia" para sus hijos según no han dejado de decirle en casi toda la obra. Creo que por eso no quiere verlos al final. En cualquier caso quiere eximir al marido de toda responsabilidad y quiere también esa independencia para ella, si bien, por el revuelo que ocasionó el final de la obra vemos que no se mide a Nora con el mismo rasero que a su marido.


Os cuelgo la obra por si queréis verla en la versión que más me ha gustado. Se pueden trabajar muchos temas con ella. Las relaciones en la pareja (que en la obra no son nada igualitarias), el maltrato psicológico y el económico, los prejuicios de la sociedad para con las mujeres e incluso para con el papel del marido ("su obligación como cabeza de familia era no ceder ante mi frivolidad", "su orgullo de hombre"), la educación de los hijos e hijas, el trabajo para la mujer (la amiga quiere trabajar y el marido le pregunta si tiene obligaciones familiares y al decir que es viuda lo ve viable y la criada debió dejar a su hija para trabajar en la casa al cuidado de Nora cuando era niña), incluso la objetividad de las leyes ("a las leyes no les importan los motivos")...

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