domingo, marzo 31, 2019

Plaza de arqueóloga/o para el Ayuntamiento de Valdepeñas.

http://se1.dipucr.es:8080/SIGEM_BuscadorDocsWeb/getDocument.do?entidad=005&doc=3357647
El BOP de Ciudad Real del pasado viernes 29 de marzo publicó la convocatoria de una plaza de arqueóloga/o para el Ayuntamiento de Valdepeñas.
El sistema de selección para cubrir con carácter fijo esta plaza es el de oposición libre.
El título requerido para participar en el proceso es la licenciatura o el grado en Geografía e Historia.
El plazo de presentación de solicitudes será de 20 días naturales a partir de la publicación de la convocatoria en el Boletín Oficial del Estado, así que todavía tenéis algún tiempo para la preparación del temario que se incluye en las bases de la publicación del viernes que os podéis descargar pinchando en la imagen del Yacimiento del Cerro de las Cabezas precisamente de la localidad que oferta la plaza.

jueves, marzo 28, 2019

Tercer libro 2019: "El rey recibe", de Eduardo Mendoza.

Mi debilidad por Mendoza no me deja obviar nada de lo que publica y si además lleva un gato en la portada (otra de mis debilidades) pues mejor que mejor para que comprara "El rey recibe" el último día del año pasado. Y debo decir que no me ha defraudado aunque he visto comentarios para todos los gustos, como por ejemplo que la historia no termina y que no pasa realmente nada de relumbrón al protagonista. Pero ¿y qué si la historia no termina? ¿Es que la vida supone una trama con inicio, desarrollo y fin en cada cosa que nos pasa? Vivimos, avanzamos, retrocedemos, contemplamos, sufrimos, pero sin una trama concreta; paseamos o corremos por la vida a veces sin dirigirnos a ningún sitio y dando bandazos por donde las circunstancias nos llevan. Pues eso hace el protagonista, vivir como puede, aprovechar las oportunidades y aprender o no de las experiencias. Que estamos de acuerdo que no es un personaje terriblemente atractivo y con voluntad, pero quién lo somos.
A mi el libro me ha gustado mucho y Rufo Batalla, nuestro conductor más que protagonista, me ha retrotraído a mis lecturas de Instituto, y me ha recordado sobre todo al Manuel de "La busca" de Baroja, que me gustó con locura y que me costó una pasta en la edición Caro Raggio pese a que se desencuadernaba con mirarla, y al Gabriel de la primera serie de los "Episodios Nacionales" de Galdós.
Rufo Batalla, Licenciado en Lenguas Germánicas en la Facultad de Filosofía y Letras de Barcelona, con la cabeza imbuida de lecturas izquierdosas, regresa a la España todavía franquista tras disfrutar, o sufrir, en Londres de una beca de estudios y, enchufado por recomendación de un pariente, comienza a trabajar de meritorio en un periódico dedicado a las notas de sociedad. Como es el único que se defiende en inglés, un verano, con muchos compañeros de vacaciones y sin mucho que publicar ni otro periodista de más renombre al que echar mano, el periódico le envía a Mallorca a dar cobertura a la boda de Tukuulo (tal cual) de Livonia, el supuesto exiliado heredero sin trono de una supuesta dinastía europea a orillas del mar Báltico (entonces ya república socialista con gobierno títere de Rusia) con Elisabeth de Montcrecy, una supuesta dama de la supuesta alta sociedad. Todo muy supuesto pero cualquier parecido de la historia con la realidad puede ser siempre más que una mera coincidencia.
La primeras peripecias de Rufo en Mallorca me recordaron a mi loco mendociano por excelencia de "El laberinto de las aceitunas" con la diferencia que Rufo siempre parece acabar duchándose. Pero Batalla no acaba siendo un personaje tan estrafalario y aunque se pierde la boda el novio acaba concediéndole una entrevista, cosa que no ha conseguido ningún otro periodista, y convirtiéndole en su amigo personal.
Rufo no tiene grandes aspiraciones ni en lo personal ni en lo profesional. Tiene una novia a la que parece querer dejar a cada rato y esporádicas relaciones (alguna bastante peligrosa) que no le cuesta entablar pero que no generan en la parte contraria deseos de continuidad. Y en lo profesional parece conformarse con poco. Deja Barcelona y el periódico para ocuparse de la fundación de Gong, una revista gráfica en Madrid y luego emigra a Nueva York empleándose en la delegación de la Cámara de Comercio".
Pero da igual qué empleo o con quién se relacione Rufo Batalla porque lo realmente atractivo de su periplo es la historia, bueno la Historia, con mayúsculas, por la que discurre. Eduardo Mendoza utiliza a su personaje para adentrarnos en la España (y el mundo) de los años setenta con una maestría digna de encomio. Como quien no quiere la cosa, como vivimos los personajes anodinos la Historia, como sin darles importancia, aporta datos, cuenta anécdotas y genera una atmósfera que nos retrotrae a la época y nos cuenta qué pasaba esos días. Frente a eso qué más da que no haya un fin claro. Yo no quiero que haya fin, quiero que Rufo Batalla siga viviendo, siga transitando por su época y que Mendoza nos lo siga contando. Que vivamos la cultura, las experiencias, las ideas, las tragedias del momento por el que deambule Rufo y profundicemos en ello disfrutando de la forma de escribir de uno de mis autores preferidos.
Con la novela, además, si queréis investigar un poquito, conoceréis a un montón de autores y libros que os pueden animar a nuevas lecturas ya que los capítulos de "El rey recibe" aparecen encabezados por una frase en cursiva que puede estar en castellano o en otro idioma o lengua que introduce lo que va a contarse pero que son textos extraídos de otras obras, desde la primera en inglés tomada de "Tarzán de los Monos" de Edgar Rice Burroughs, pasando por Herodoto, Montagne, Montesquieu, Rimbaud, Valle-Inclán y algún trozo de un villancico. Genial.

Segundo libro 2019: "El funeral de Lolita", de Luna Miguel.

Si hubiera tenido que elegir este libro viendo el título y la portada casi con toda seguridad no lo hubiera comprado, pero como me llegó en la caja mensual de Bookish pues me lo dieron hecho y es una forma de leer cosas que de otra forma posiblemente no hiciera.
La palabra Lolita en el título ya me tiraba hacia atrás y durante gran parte del libro me siguió chirriando y dando rabia pero, según se avanza en la lectura y sobre todo con el desenlace final, me fui dando cuenta de que nada es lo que parece y que es fácil confundirse según la perspectiva de la historia que se tenga pues la propia protagonista ha generado una historia paralela para seguir con su vida que vemos que no responde a la realidad ni a lo que ella de verdad sintió en el pasado y que acaba dando una doble lectura al título.
No está mal el libro. Está bien escrito, usa un lenguaje muy actual y resulta una lectura rápida o profunda según se quiera tomar. Aunque está escrito en tercera persona el relato sigue el pensamiento de la protagonista y parece más un relato personal.
Helena, la protagonista, recibe un whatapp de una antigua compañera de instituto que no obstante el tiempo transcurrido debe conservar el número de móvil de Helena, que ya con treinta años no debe haber cambiado desde entonces de teléfono. Aunque bien pensado podría ser un mensaje de Facebook o de Messenger porque dice que podría haber encontrado su contacto al azar... Pero bueno que el mensaje le comunica la muerte de un tal Roberto lo que provoca un cataclismo en la protagonista que además nunca ha estado en duelo.
Aunque parece hacer mucho tiempo que Helena no tiene contacto con el difunto se siente obligada a asistir al tanatorio donde teme encontrarse con la esposa de Roberto lo que nos informa de que la relación que tuvieran lo fue cuando ya estaba casado. Seguimos los erráticos pensamientos de Helena en un vaivén por el pasado en el que se sintió Lolita y nos va convenciendo de que fue así hasta que aparece una especie de diario que escribía en la época y que entregó a su amiga Rocío y la historia experimenta un sorpresivo giro que me reconcilió con la protagonista y hace reflexionar sobre los efectos de los abusos y las relaciones tóxicas. Ya digo, no está mal.