jueves, julio 18, 2019

Pilar Callado García nueva Directora del Instituto de la Mujer de nuestra región.

El DOCM de hoy publica, entre otros muchísimos nombramientos, ceses y organigramas varios propios de los cambios que suelen ser habituales tras las elecciones, el nombramiento de Pilar Callado García como nueva Directora del Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha en sustitución de Araceli Martínez Esteban.
El Instituto de la Mujer dependerá de la Consejería de Igualdad a cuyo mando estará Blanca Fernández, que también se encargará de la portavocía del Gobierno.
La nueva Directora del Instituto es licenciada en Geografía e Historia, fue elegida concejala de Almansa (Albacete) en las últimas municipales en las que concurría en la lista del PSOE de esa localidad y en la pasada legislatura fue diputada regional.
Buena suerte en su nueva andadura y mis mejores deseos para mis antiguas compañeras de los Centros de la Mujer.
Si queréis ver el resto del organigrama de la JCCM pinchad aquí y accederéis al DOCM de hoy.

miércoles, julio 17, 2019

Ha muerto Camilleri.

Hoy me he despertado con una mala noticia para mis lecturas habituales: ha fallecido uno de mis escritores favoritos. Andrea Camilleri ha muerto.
Se nos ha ido no sólo el creador de Montalbano sino uno de los escritores más prolíficos y que más me gustan del panorama editorial. 
Cada año leo (o ¿debería decir leía?) un par de Camilleris así que espero que queden algunos por traducir y a mi alguno pendiente de leer de los ya publicados traducidos al castellano.
En fin, descanse en paz Don Andrea.

viernes, julio 12, 2019

Decimoquinto libro 2019: "Ellen Foster", de Kaye Gibbons.

Me ha gustado mucho, pese a tratar temas crudísimos.
El relato lo realiza una niña, la Ellen Foster del título, aunque no sepamos cuál es su verdadero apellido, y cuenta las cosas de tal forma que sorprende. 
Aunque tiene sólo once años, el relato no es en modo alguno inocente. La cría demuestra una inteligencia y una madurez impropias de su edad, forzada esta última tal vez por las terribles circunstancias en las que se ha criado y todo lo que ha tenido que soportar, buscando originales formas de capear el temporal, aguantando como una heroína sin apenas despeinarse porque tiene una voluntad de hierro y unas ganas de cambiar su situación y salir adelante que impresionan. Es muy independiente y tiene una idea muy clara de cómo debería funcionar su mundo y el mundo en general, aunque se desenvuelva en otro totalmente diferente y opuesto a lo que ella desea. Se ha criado en medio de la opresión, de los malos tratos, del racismo más odioso, amenazada, víctima de intentos de abuso... y, sin embargo, ha salido como veréis que es si leéis el libro; una niña estupenda y muy original, que se hace un hueco entre la oscuridad que rodea su vida para intentar darle un giro favorable.
A veces el relato se tiñe con pinceladas de humor ácido, casi negro. No en vano comienza el relato con la frase: "Cuando era pequeña pensaba en cómo matar a mi padre". Pero en general Ellen trata de ser... positiva no, lo siguiente, en un ambiente poco propenso al positivismo, en una zona límite entre el barrio negro de la ciudad y otro de blancos tan pobres o más que los negros pero influenciados por el segregacionismo imperante que dificulta las relaciones de la propia Ellen con su mejor amiga, que da la casualidad que es negra.
Cuando comienza el libro, Ellen vive en una casa de acogida, o eso parece, y está por primera vez en su corta vida contenta con la familia que le ha tocado en suerte que le permite vivir de forma que a ella le resulta extraordinaria y que no deja de ser la que debiera tener una niña de su edad, con comida suficiente, sin miedo, arropada por el cariño de las personas con la que vive y con algún que otro entretenimiento.
Pero es que, claro está, la vida que ha llevado Ellen dista muchísimo de la de debiera llevar una cría de su edad y según avanzamos las páginas seguimos los recuerdos de Ellen aterrorizándonos a cada paso temiendo que se materialicen sobre ella las amenazas que la rodean, un padre borracho con pretensiones afectivas respecto a ella incompatibles con una paternidad responsable e incluso con el Código Penal, una madre depresiva que fallece en circunstancias digamos que preocupantes, un barrio peligroso, una tía que más parece la madrastra de Cenicienta, aunque sólo tenga una hija, igual de odiosa que las del cuento... Pero debéis leerlo porque además de lo que Ellen cuenta importa mucho en el libro la forma en que lo hace, el desparpajo con el que relata su trayectoria vital, sus ideas positivas, sus ganas de dejarse querer y demostrar su afecto... y todo ello con una inteligencia especial y unas ganas de vivir que animan a cualquiera. Merece la pena.

domingo, julio 07, 2019

Decimocuarto libro 2019: "Universidad para asesinos", de Petros Márkaris.

Muy decepcionante el último Jaritos de Márkaris. Flojito, flojito. Vamos, que hasta averigüé la autoría de los crímenes, que creía que sería para despistar y todo. 
La trama es pobre, el desenlace ridículo y encima mi Kostas no sólo asume temporalmente la jefatura de la comisaría tras la jubilación de Guikas, su eterno superior, sino que de verdad quiere ascender y luego se pasa la novela entera contando al ministro y a otro superior más superior lo que se supone que está haciendo, que no es mucho. Y no es que no me parezcan loables sus aspiraciones profesionales, pero sí que contradice todo lo que antes había sido. Es un cambio en la personalidad de uno de mis policías favoritos que me ha hecho pensar en traición, aunque, tratándose de un personaje literario, me imagino que no tiene mucha razón de ser y hasta los personajes tienen derecho a cambiar y ya había empezado a hacerlo en su anterior novela en la que ya incluso se llevaba bien con su mujer. Pues en esta incluso ya sale a cenar con las amigas de Adriani. Y, sorprendentemente, el tráfico ya no es un problema para Jaritos con lo que la circulación por Atenas deja de ser protagonista de la novela porque no nos encontramos con atascos y nombres de calles a cada página. El Seat de Kostas parece superar los obstáculos y sino coge uno de los vehículos policiales que tenga más a mano.
La trama se ocupa de una serie de asesinatos que tienen en común la universidad en la que los asesinados trabajan o trabajaron y aparentemente el móvil tiene que ver con el abandono de la docencia por su parte para dedicarse a la política con intención de regresar a las aulas cuando ya no tengan chance en lo público, una especie de puerta giratoria con la que nadie parece estar de acuerdo pero todos toleran, todos menos quien se ocupa de quitarlos del medio.
El desarrollo de la investigación no es un alarde de técnica policial y, como ya he dicho, Jaritos está más preocupado de quedar bien tanto con sus hombres, compañeros hasta hace dos días, y con sus superiores jerárquicos o políticos. Mientras tanto, cenas y más atracones de tomates rellenos y una gran noticia para la familia que no puedo desvelar. En fin, que pasable y poco más.

viernes, julio 05, 2019

Decimotercer libro 2019: "Una biblioteca en llamas", de Susan Orlean.

Tal vez por lo mal que me sentó el último leído éste me pareció un libro estupendo, pese a que la trama no es lo que se dice la de un novelón de misterio, ni un tremendo whodunnit, pero está muy bien escrito y demuestra una concienzuda labor de investigación y un buen saber hacer que logra que, contando lo que cuenta, el libro sea entretenido y mantenga la necesaria dosis de intriga para acabarlo y, sobre todo y especialmente, demuestra un extraordinario amor por los libros y las bibliotecas.
La narradora, por una casualidad del destino, acaba en Los Ángeles y, acostumbrada desde la infancia a frecuentar bibliotecas, entra en la Biblioteca Central de la ciudad y escucha un comentario sobre su incendio. Ella, usuaria y enamorada de las bibliotecas, se sorprende de no haber tenido noticia del siniestro, ni siquiera de la publicación de algún periódico sobre un hecho tan importante como la práctica desaparición del fondo bibliográfico de una biblioteca tan grande, así que comienza a hacer preguntas y acaba investigando en profundidad tanto el incendio como la vida y personalidad del su presunto autor.
Y es que el incendio no trascendió en demasía por coincidir en el tiempo con la tragedia de Chernobyl: la biblioteca se incendió el 29 de abril de 1986, tres días después, justo al día siguiente del reconocimiento del accidente en la televisión oficial soviética en un breve comunicado cuando ya la enorme radiación había sido percibida en gran parte de Europa. Como es normal, los periódicos y demás medios estaban más interesados en el seguimiento de un desastre de imprevisibles consecuencias que en el incendio de una biblioteca por muy importante que fuera. Y que, pese a la virulencia con la que consumió libros, desde afuera no parecía la cosa tan grave porque el edificio resistió.
La autora quiere saber qué pasó realmente y quien provocó el incendio. Al fin y al cabo es periodista (y del New Yorker, que no es cualquier cosa), así que durante la lectura seguimos las averiguaciones que va haciendo y con ella vamos conociendo la historia de la biblioteca, tanto en su aspecto funcional como depósito de libros y depósito de conocimiento (en un edificio de arquitectura muy innovadora en su día pero que tras el incendio estuvo a punto de la demolición no por los efectos del mismo sino por considerarlo una antigualla inservible para su uso) como en su vertiente de centro cultural y de servicio público dinamizador de la ciudad e incluso como refugio de indigentes y punto de interés para los servicios sociales.
También conocemos a las personas que la han dirigido a lo largo de su periplo, mujeres y hombres entregados a su labor, el funcionamiento de la biblioteca como biblioteca central de la que dependen las demás, el personal que trabajaba en ella, los usuarios y, sobre todo, al supuesto incendiario: el rubio Harry Peak ("rubio, muy, muy rubio"), un aspirante a actor que miente más que habla y que, con tal de conseguir la notoriedad que su mediocre carrera como actor no le ha dado, va reconociendo y negando hechos que pueden incriminarlo, liando y dificultando con ello las labores de investigación que tampoco fueron de lo más concienzudas.
Como relata el propio libro "Harry tenía una especial habilidad a la hora de maquillar los acontecimientos para que su vida pareciese menos simple y mezquina" y según su hermana "era el mayor trolero del mundo".
Además del hecho en sí del incendio y su supuesto autor (o no), el libro relata la odisea de intentar salvar el mayor número de libros y buscar salidas para limpiarlos pero, sobre todo, salvar los que no resultaron afectados por el fuego pero sí por el agua que los bomberos aplicaron más que generosamente sobre ellos. 
Los guardaron en cámaras frigoríficas hasta que pudieran extraer el agua, secarlos y restaurarlos con la generosidad de algunos y pese a la tacañería de otros. E igualmente nos cuenta la búsqueda de una salida también para el edificio que unos querían salvar y otros derribar.
Finalmente, nos cuenta que toda la gestión del problema supuso un punto de inflexión en cuanto a la protección de las bibliotecas frente al riesgo de incendio, el diseño y la previsión de medidas preventivas y la regulación de protocolos para el futuro.
Físicamente el libro, publicado por Temas de Hoy, es muy bonito, rojo con letras doradas imitando a libros de otras épocas, con papel blando, que lo llamo yo, que permite flexionar el libro e incluso voltear las páginas leídas de la izquierda hacia atrás y ponerlas debajo de lo que te queda por leer. Cada capítulo se introduce con títulos de varios libres, con su ISBN o como se llame el sistema de catalogación en Los Ángeles, con títulos en inglés relativos a la capítulo que introducen. Así, el primero se encabeza por libros que llevan la palabra "begin", y así sucesivamente.

Duodécimo libro 2019: "Una historia de España", de Arturo Pérez-Reverte.

Pues no me ha gustado.
Una historia sobre cualquier cosa suele poder hacerse a mi entender de dos maneras: una cronológica y generalista y otra sobre un  aspecto o una parcela concreta de los sucesos. La Historia de Pérez- Reverte, aunque se ordena cronológicamente, no abunda en nada y repite machaconamente un esquema y, lo que es peor, repite expresiones cada pocas páginas. Los insultos a determinados reyes, las comparaciones con la época actual rayando el anacronismo, contando lo de antes como si fuera lo de ahora (sobre todo cada vez que toca Cataluña) hizo que me fuera paulatinamente enfadando con el libro y que relentizara al máximo la lectura haciéndola todavía más aburrida.
Se trata de una recopilación de capítulos sueltos que el autor iba publicando en un periódico y que no se ha molestado en modificar para que adoptaran forma de relato de forma que al principio de cada capítulo resumía el final del capítulo anterior que no hacía falta que nos recordara porque no había pasado tiempo desde su lectura sino una mera página, quedando al modo de los documentales americanos que recuerdan cada cinco minutos lo que acabamos de ver porque en su emisión original mediaban entre ellos unos minutos de publicidad que aquí no se emitían.
El autor podría haber repasado un poco los artículos para evitar repeticiones como, por ejemplo, de la expresión "hijo de puta", aunque unas veces sea "con balcones a la calle" y otras "con ático, piscina y garaje", que una se queda enseguida con la copla. Pero no, los ha lanzado a pelo, todos juntitos, y les ha plantado el título de "Una Historia de España" en lugar de, pongamos por caso, "Colección de artículos sobre la Historia de España a la manera de Pérez-Reverte". Pero que, en fin, Don Arturo es libre de titular como quiera sus publicaciones y desde luego con este segundo título seguro que perdería lectores o por lo menos compradores.
Al ser artículos cortos podrían animar a leer a quienes no soportarían un tocho de historia pero a mi me ha aburrido y me parecía estar leyendo el mismo artículo todo el rato, y mira que es rica la Historia de España como para aburrirse con ella. Y además un poco pesimista, que parecemos condenados a caer desde lo más alto a la ruina más absoluta en cuanto nos descuidamos estando condenados a repetir nuestros fallos a lo largo de la Historia.
La Historia de Pérez-Reverte se centra solo en los hechos que tradicionalmente se han estudiado, algo así como una historia oficial olvidando a los de a pie (y eso que con Alatriste los tiene muy en cuenta) no refiriéndose a cómo malvivían también en épocas de poderío en las que no se ponía el sol ni cómo sufrían en las crisis.
En fin, que con Arturo Pérez-Reverte prefiero la ficción, aunque su Falcó esté en proceso de descender de lo más alto: el primero me gustó mucho, el segundo menos y todavía no me he atrevido con el tercero para no sufrir otra decepción. Pero que, en todo caso, diga lo que diga, Pérez-Reverte escribe muy bien, se esté o no de acuerdo con lo que escribe.