Me estaba gustando mucho el libro desde el principio pero comenzó a parecerme todavía mejor cuando supe que la autora debió escribirlo casi al tiempo en que ocurrían los acontecimientos ya que murió en 1942 en el campo de concentración en el que fue internada. Irène Némirovsky era judía.
Hasta donde llego, relata la huida al campo de los/as franceses/as cuando las tropas alemanas invaden su país y se acercan a París en el marco de la Segunda Guerra Mundial; pero no se trata de unas memorias ni un relato de experiencias de la autora sino que constituye un retrato de la sociedad francesa de la época a través de los distintos personajes que huyen y que abarca todas las clases sociales. Me ha llamado la atención el tono crítico que utiliza el libro. Los retratos son realistas y fríos en muchos casos. La autora no compadece a los protagonistas, parece mirarles desde un microscopio o, quizá mejor, desde la distancia, cosa bastante complicada cuando ella misma participaba de la huida. Es curioso que a veces pensamos en las guerras como algo que nos es ajeno, algo que pasa en otros países y que no puede pasarnos a nosotros/as. Pues bien, en el libro los personajes tampoco parecen creerse lo que les ocurre y se aferran al status social que han disfrutado acarreando los mismos prejuicios que tenían en época de paz junto con muchas de sus posesiones y mostrando lo peor y en algunos casos lo mejor de sí.
He estado leyendo también algo de la autora y de cómo llegó el manuscrito a ser publicado y su vida tampoco fue de color de rosas antes de su trágico final. Parece ser que su madre nunca asumió su maternidad y consideraba que el hecho de tener una hija la hacía parecer más vieja con lo que vestía a Irène como una niña hasta que fue bastante grandecita. Nunca pareció quererla como madre e incluso, una vez muerta Irène, se negó a acoger a las hijas de ésta (cuyo padre también había muerto en un campo de concentración) remitiéndolas a un orfanato. Las hijas de Irène cargaron con una maleta donde transportaban el manuscrito de su madre hasta que se publicó en 2005 aunque sólo sus dos primeras partes (de las cinco que parece tener): Tempestad en junio y Dolce, que todavía no he empezado.
Os recomiendo este libro, me gusta cómo está escrito, de una forma que recuerda más al cine que a una novela, la forma que pasa de unos personajes a otros y vuelve sobre los que ya trató cuando casi te has olvidado de ellos. Además lo que cuenta es muy interesante. Yo lo estoy leyendo editado por el Círculo de Lectores pero también está en Ediciones Salamandra. Tiene casi 500 páginas pero ya os digo que es muy bueno.
También me estoy leyendo otro libro que he cogido de la Biblioteca de Villafranca. Se llama “La razón del mal”, es de Rafael Argullol y fue premio Nadal en 1993 (primer año glorioso de mi colegiación como abogada en ejercicio). Me está recordando el “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago porque va de una ciudad en la que de repente hay una especie de epidemia que afecta a gran número de personas con una enfermedad nueva que les provoca un estado de apatía o casi hibernación. Nadie quiere entrar en la ciudad y sus habitantes sin causa aparente no salen de la misma de forma que la vida en la ciudad comienza a desarrollarse como en una especie de fortaleza cerrada que provoca cambios en las personas y en las instituciones y una sensación de angustia en el propio lector. Está muy entretenido.
He estado leyendo también algo de la autora y de cómo llegó el manuscrito a ser publicado y su vida tampoco fue de color de rosas antes de su trágico final. Parece ser que su madre nunca asumió su maternidad y consideraba que el hecho de tener una hija la hacía parecer más vieja con lo que vestía a Irène como una niña hasta que fue bastante grandecita. Nunca pareció quererla como madre e incluso, una vez muerta Irène, se negó a acoger a las hijas de ésta (cuyo padre también había muerto en un campo de concentración) remitiéndolas a un orfanato. Las hijas de Irène cargaron con una maleta donde transportaban el manuscrito de su madre hasta que se publicó en 2005 aunque sólo sus dos primeras partes (de las cinco que parece tener): Tempestad en junio y Dolce, que todavía no he empezado.
Os recomiendo este libro, me gusta cómo está escrito, de una forma que recuerda más al cine que a una novela, la forma que pasa de unos personajes a otros y vuelve sobre los que ya trató cuando casi te has olvidado de ellos. Además lo que cuenta es muy interesante. Yo lo estoy leyendo editado por el Círculo de Lectores pero también está en Ediciones Salamandra. Tiene casi 500 páginas pero ya os digo que es muy bueno.
También me estoy leyendo otro libro que he cogido de la Biblioteca de Villafranca. Se llama “La razón del mal”, es de Rafael Argullol y fue premio Nadal en 1993 (primer año glorioso de mi colegiación como abogada en ejercicio). Me está recordando el “Ensayo sobre la ceguera” de Saramago porque va de una ciudad en la que de repente hay una especie de epidemia que afecta a gran número de personas con una enfermedad nueva que les provoca un estado de apatía o casi hibernación. Nadie quiere entrar en la ciudad y sus habitantes sin causa aparente no salen de la misma de forma que la vida en la ciudad comienza a desarrollarse como en una especie de fortaleza cerrada que provoca cambios en las personas y en las instituciones y una sensación de angustia en el propio lector. Está muy entretenido.
Por último, (estas Navidades he leído bastante), he leído otros dos libros, pero reconozco que de los que me gustan a mí y otras dos o tres personas. Uno que me dejó mi amigo Nacho y que se titula "la ruta antigua de los hombres perversos" (de René Girard, Ed. Anagrama) que extrapola la experiencia del Job bíblico y la idea judaica del chivo expiatorio realizando un estudio de la victimización, en el que, tras incluir una nada solapada crítica hacia las dictaduras de todo signo, realiza un análisis de las persecuciones a determinadas personalidades públicas por los conciudadanos que alguna vez los encumbraron. Y el otro libro que lleva el título de "la cultura del nuevo capitalismo" (de Richard Sennett, Ed. Anagrama) que compara, de forma bastante original, el sistema de trabajo de las grandes empresas multinacionales con el funcionamiento de un MP3 y la mentalidad consumista tanto de productos como de ideas políticas con la compra de un aparato iPod a la vez que realiza una contundente crítica de la superficialidad imperante. Tremendamente interesante.
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