Ayer me trajo la Técnica de Empleo del Centro una revista de las que publican los periódicos el fin de semana, concretamente Yo Dona, el suplemento de mujer de El Mundo, porque entrevistaban a nuestra Dulcinea del mes de abril: la neuróloga que el día 22 será centenaria Rita Levi-Montalcini.
Pensé dedicarle a esta Super-señora (como dice mi madre, que es de las Dulcineas que más le ha gustado) el mes de abril por ser precisamente el mes en que cumplía los cien años. Tuve conocimiento de la misma por mi amigo Pedro que utilizaba su fotografía para una actividad con su alumnado: proyectaba la foto y pedía que fueran diciendo actividades que pudiera hacer el personaje. Sistemáticamente lanzaban propuestas como "abuela", "hace ganchillo", "le gusta ver la tele", "cuida de sus nietos" hasta que, concluida la actividad, se encontraban con la sorpresa de que seguía intelectualmente activa, que su profesión era la de neuróloga y que a los tres años había decidido no casarse ni tener hijos o hijas al ver la relación de subordinación de su madre a su padre. La actividad, creo que de clase de ética, pretendía hacer ver al alumnado lo precipitado de las conclusiones cuando nos fijamos solamente en la apariencia física de las personas.
Normalmente, cuando me ocupo de las biografías de las Dulcineas del mes, hago recopilación de varias y trato de resumir en un folio la vida de la mujer en cuestión. En este caso, después de hacer todo el proceso, decidí copiar literalmente la biografía que la propia Rita escribió sobre si misma cuando recibió el Premio Nobel en 1986. Podéis verla pinchando en la portada que figura al principio del post.
En la entrevista del periódico (que también parece haberse servido de la propia biografía de la neuróloga) dice que para leer se ve obligada a utilizar una video lupa, que sin su audífono apenas oye y que tiene la voz débil pero que aparte de eso la edad no ha hecho mella en su cerebro privilegiado. También dice que domina Internet y le interesan enormemente las nuevas teconologías, tanto que en 2002 publicó un libro dedicado al asunto ("Tiempo de acción") y en 2006 (¡¡¡al loro, con 97 años!!!, y yo sin haber publicado otra cosa que este blog) otro titulado "Los nuevos Magallanes de la er@ digital" en el que dice que las nuevas tecnologías pueden ayudar a dar experiencia si bien apercibe sobre su abuso ya que "induce a sustituir la voluntad con el deseo de querer vivir en un mundo ficticio, como es el de los juegos y el de la realidad virtual".
Mujeres como ésta hacen mediatar qué ha estado haciendo una toda su vida aunque también ayuda a buscar la autosuperación. De momento voy a llevarle un ejemplar de la Dulcinea a mi neuróloga, que tengo hoy cita, para que conozca "colegas".
Buscando libros de Rita en la Casa del Libro (que hoy tiene día de gastos de envío gratis) he encontrado otro libro que se llama "El as en la manga: los dones reservados a la vejez" que creo que me voy a comprar (¡qué le vamos a hacer, hoy me siento vieja). Ségún afirma el resumen del libro no hay que lamentarse por llegar a la vejez porque a diferencia con lo que ocurre con otras funciones fisiológicas, el cerebro puede seguir funcionando correctamente a edad avanzada ya que aunque pierde algunas capacidades, puede suplirlas por otras que compensan e incluso superan a las perdidas ya que gracias a lo que llama "plasticidad neuronal" el cerebro suple la pérdida de células que ocurre al hacerse mayor con "la propiedad que tienen las restantes de compensar esa disminución numérica con un aumento de las ramificaciones y la utilización de circuitos neuronales alternativos". ¡Guay! todos los caminos neuronales llegan a Roma. Espero que mis neuronas lo sepan y obren en consecuencia.
2 comentarios:
La actividad la hago en Ciudadanía para enseñar qué es un prejuicio e introducir el tema de la discriminación.
Tus neuronas ya saben qué hacer perfectamente, ahora solo tienes que dejarlas a ellas que openren, no hay que ponerle puertas al campo.
En eso estoy aunque un poco "tocadilla" de más.
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