¡Felicidades Google! ¿Cómo nos las apañábamos antes?

Reconozco que tengo debilidad por los dibujillos con los que se decora Google a sí mismo y siempre los miro cuando me conecto porque lo tengo como página de inicio prácticamente desde que se inventó. Hoy me ha sorprendido ver que cumple años: 10 años ya con Google. Pero bueno, dirá alguien (jóvenes y jóvenas, esencialmente) ¿es que Google no ha existido siempre?¿Cómo lo hacíais antes?

Y es que, hermosos y hermosas, enteraros bien, Google no ha existido siempre; es más, para sorpresa de algunas personas, tampoco Internet ha existido siempre.

¿Que cómo lo hacíamos? Pues antes de Internet existían unos libros, bastante voluminosos, llamados enciclopedias (o encicopledias, según algunos que yo me se) donde se podía consultar parte de la información que ahora encontramos en Internet. Esencialmente la información solía tener bastantes años de antigüedad y en su versión Espasa bastante polvo. Había que prepararse antes con ejercicios de musculación de brazos y de agilidad de dedos y proveerse de gafas si la madre naturaleza nos había obsequiado con alguna dosis de presbicia porque para reducir el volumen que ocupaba el saber (pese al dicho de que "no ocupa lugar") había de reducirse la letra. Se tardaba en encontrar la información y sólo se podía acceder a ella si se coincidía en el tiempo y en el espacio con el correspondiente tomo de la Enciclopedia donde podía ubicarse la información requerida.

Otra fuente de información eran los abuelos y, sobre todo, las abuelas pero las explicaciones venían acompañadas de tal lujo de detalles que en ocasiones no dejaban ver el bosque de la información buscada.

Pero, héte aquí que se inventa la Red de redes, como todos los buenos inventos con primitivas malas intenciones porque no pretendía nuestro generalizado acceso y los militares tuvieron mucho que ver en el invento, con las connotaciones que ello provoca. No os podéis imaginar, jóvenes y jóvenas lo que suponía buscar una dirección en la primitiva internet, ello una vez que habías conseguido conectarte por una línea analógica que implicaba una llamada telefónica y que sonaba más o menos como esta animación (es graciosa ¿eh?). Se te cortaba cada dos por tres y, mientras estabas conectada no podías recibir llamadas. Yo, que tenía discriminador de llamada, priorizaba la llamada (bussines is bussines) y perdía la conexión. Las direcciones había que escribirlas enteras porque todavía no se habían inventado los buscadores o no te habías enterado de lo que era un buscador y creías que era una de esas personas que expolian nuestro patrimonio arqueológico con un detector de metales. Se publicaban guías de direcciones con una clasificación y un orden bastante discutible y del grosor de la guía de teléfonos de Nueva York.

Pero, hace diez años, Google vino a alegrarnos la vida, basta poner en un pequeño casillero casi lo que sea para encontrar cientos de referencias (a veces millones, lo que dificulta la cosa). Si eres un poco hábil preguntando, San Google encuentra cualquier cosa y si no sabes preguntar, aprende: basta poner qué es o dónde está lo que sea para que google, muy perfeccionado ya, te de opciones y si no encuentras lo que buscas hay veces que encuentras algo mejor o, por lo menos, aprendes y te entretienes.

No os voy a negar que, a veces, he intentado ser infiel y he instalado otras barras de otros buscadores, o se han instalado solos (que mira que me molesta a mí eso), pero como "Mi Google" no hay ninguno.

A ver si ven este post los responsables de Google y me mandan un recadito. Más flores no les puedo tirar y como se que lo ven todo porque el día que la información que tiene Google les de por malutilizarla (que muchos/as hay ya que lo hacen) no tenemos sitio donde escondernos. En fin, nuevamente felicidades y que sigan investigando para que con ellos podamos acceder a cualquier información que nos haga falta o, aunque no nos haga falta ninguna, sea interesante.