La jornada del día 14. Más vale tarde que nunca.

Como veníamos anunciando el pasado día 14 tuvo lugar en el hall del Centro Social la Jornada sobre políticas activas y pasivas de empleo "Realidad o ficción". No me ha dado tiempo a escribir nada ni a colgar las fotos porque he estado un poquito "agobiadilla" esta semana y luego he cambiado el blog a beta y tengo unos problemas con la clave de acceso que espero que se solucionen.

Era la primera jornada en cuya organización participaba en El Toboso y, parece mentira, pero puedes llevar a las espaldas lo que lleves, que siempre te pones nerviosa. Creo que resultó bien: vinieron el ponente (tarde) y las ponentes (a su hora), vino la Coordinadora del Instituto y mi jefa tuvo la deferencia de anular una cita que yo no hubiera anulado por nada del mundo para quedarse con nosotras toda la mañana. Las intervenciones se desarrollaron con normalidad. La del representante del SEPECAN excesivamente triunfalista, la de la representante de UGT demasiado parca y la de CCOO logró generar polémica con las asistentes de Quero, que no necesitaban de mucho ánimo para hacerlo.

No se si las asistentes (sólo hubo tres hombres, el resto fueron mujeres, así que prevalece el femenino) se enterarían de mucho, pero sí que fue una forma de que, quienes vinieron, tomaran contacto con el elemento poblacional femenino con el que tenemos que "vernolas" todos los días, con el "tejido asociativo" con el que contamos y con los problemas a los que nos enfrentamos a diario.

Acabamos contentas porque no nos surgió ningún imprevisto salvo la constatación de la baja calidad de los sacacorchos de la tienda de los veinte duros: el primero lo partí con la primera botella de vino y del segundo se quedó el berbiquí (o como se llame la cosa con la que se hace el agujero para tirar del corcho) en el corcho y el resto en mi mano con la segunda de las botellas. Menos mal que el tercero consiguió abrir la totalidad de las botellas sin más problema que quedarse medio corcho dentro de cada una. Al final las abrí todas y quedé en formular oportuna protesta a la Cooperativa por la deficiente calidad del encorchado. Luego pensé que como nos habían regalado el vino, mejor que no protestara no fuera a ser que no nos volvieran a facilitar el acceso y, por ende, no pudiérmos obsequiar a nadie con vino.