Bien sabe Dios que compré el libro porque no se me ocurrió otro (que se me hace ya muy cuesta arriba comprar algo en el Círculo de Lectores, porque leo más deprisa que ellos publican las novedades). Me había hablado Pedro de él por si lo tenía (que no iba a ser el primero que tuviéramos duplicado, o triplicado si contamos a mi hermano en las cuentas) pero no se por qué ni por qué no me parecía que sería uno de esos libros de moda que tienes que leer porque todo el mundo lo lee y no puedes ir diciendo por ahí que no te has leído (que ya tengo bastante con haberme negado a leer Los pilares de la tierra y reconocer que, además, no he visto ni tengo intención de ver ninguna película de la Guerra de las Galaxias y que, además, no me gustan las patatas).
Pues eso, que lo compré y abrí la pasta (eso sí tiene el Círculo de Lectores, muy buena encuadernación) y comencé a leer... y seguí... y seguí... y ¡oye! que me lo he acabado y me ha gustado muchísimo.
He pedido prestado a la casa del libro el principio por si queréis echarle un vistazo antes de atreveros con él pero yo personalmente conmigo misma en mi mismidad os lo recomiendo. Podéis pinchar aquí y leer el principio y ya me contaréis (aunque luego nunca me contáis nada).
Os doy argumentos para que las profesionales de los Centros de la Mujer os podáis obligar a leerlo, pero que conste que luego podéis hacer lo que queráis porque para eso está la libertad de hacer cada uno/a lo que le venga en gana.
En primer lugar el libro lo ha escrito una mujer, Diane Setterfield, que estaba sin mi hasta que tuve el libro en mis manos. En principio pensé que era americana y, con el poco aprecio que tengo por autoras (por autores menos todavía) de esa nacionalidad, torcí el gesto, pero cuando leí la carta con la que comienza el libro dije: "esta señora no puede ser americana" (bueno, dije yanqui) y consulté los datos. Claro, es inglesa y, para colmo, de mi edad (jovencísima ¿verdad?).
En segundo lugar el libro está lleno de mujeres. Mujeres son las protagonistas, tanto la narradora, Margaret Lea, como la persona cuya biografía se compromete a escribir, la impresionante Vida Winter. Mujeres son las gemelas, mujer (y de gran carácter) es la institutriz de mente científica que intenta dar sopas con honda al médico de la familia. Los caracteres masculinos dejan mucho que desear, ninguno está a la altura de las mujeres del libro y no suelen caer nada bien, salvo quizá el jardinero y el huérfano repostero.
Y si todo eso no os anima, la trama del libro es absorbente, aunque debo confesaros que puede irse averiguando qué va a pasar con varias páginas de adelanto, pero, eso sí, sin seguridad absoluta, lo que te hace seguir leyendo.
El libro admite varias lecturas: puedes limitarte a seguir la trama o puedes dedicarte a analizar la vida de las mujeres del libro y sus relaciones con los hombres o entre ellas. Y, por último, podéis aprender de jardines, que habla mucho de ellos.
Por cierto, que el libro tiene página web, bastante cursi, por cierto, y en ella podéis hacer una ruta por jardines y mansiones inglesas y hasta tomar recetas de repostería inglesa. Eso sí, deberéis traducirlas porque la web está en inglés y también os aconsejo que quitéis la música porque acaba resultando estomagante. Podéis acceder a la web pinchando en http://www.thethirteenthtale.com/
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