Ayer sábado tuvo lugar en Quero, en la sede del Museo de la Palabra de la Fundación César Egido Serrano, una reunión extraordinaria de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. El cielo estaba encapotado pero no llovió.
La presencia de personalidades de relevancia en diferentes disciplinas académicas propició que al pasar junto a algunas de las obras de arte de la casa se produjeran improvisadas exposiciones sobre su función, origen e importancia artística, como al pasar junto a un bargueño que hay a la entrada.
Los miembros de la Academia fueron recibidos a pie de escalera por César y, mientras llegaba la hora de dar comienzo la reunión de los académicos, les guió por la casa contándoles sus secretos a la vez que informaba de las diferentes actividades de patronazgo llevadas a cabo por su Fundación entre las que se encuentran su participación en las labores de restauración de la cubierta de plomo de la Puerta de Alcalá.
Al subir a la primera planta nos esperaba una agradable sorpresa musical. El cuarteto de cuerda Sabatini nos recibió con el Canon de Pachelbel y siguió amenizando el recorrido con un tango e incluso con parte de la partitura de "Juego de Tronos". Me resultó muy agradable comprobar que la casa tiene una inesperada sonoridad y que la música se oye muy, pero que muy bien. Estuve un rato hablando con los músicos y preguntándoles qué iban a tocar después ya que estaba previsto que siguieran tocando al concluir la reunión así que me chivaron que iban a tocar algunas piezas de Haendel ("lascia ch'io pianga" y "canaticorum iubilo" y "largo" de Jerges) un pasacalles de Boccherini ("los madrileños se divierten"), algún pasaje de la película "La vida es bella" y un fragmento del Invierno de Vivaldi. Me gustó un montón.
El acto, que tuvo lugar en el salón del sillón de la suerte, fue presentado por César quien dio la bienvenida a los académicos agradeciendo a la institución la celebración de su sesión extraordinaria en la sede del Museo de la Palabra a la vez que recordaba la próxima conmemoración del centenario de la Real Academia que fue fundada en junio de 1916.
A continuación tomó la palabra el Viceconsejero de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Jesús Carrascosa Sariñana, como representación institucional del Gobierno regional que acabó recomendando la lectura del Quijote tirando del propio texto de la obra poniendo en su boca las palabras con que Sansón Carrasco la elogia al decir que "los niños la manosean, los mozos la leen, los hombres la entienden y los viejos la celebran; y, finalmente, es tan trillada y tan leída y tan sabida de todo género de gentes, que apenas han visto algún rocín flaco, cuando dicen: «Allí va Rocinante».
El Director de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo, Jesús Carrobles Santos, abrió la solemne sesión extraordinaria de la institución que dirige con unas palabras en las que glosó los orígenes de las academias en el siglo XVIII y la propia función de la de Toledo que ya nació a principios del siglo XX para lograr un plan director capaz de apostar por un modelo de actuación dirigido a la conservación del patrimonio de Toledo, compromiso en el que sigue inmersa con el apoyo de la sociedad civil.
Seguidamente se preguntó la función que tienen las celebraciones de los centenarios remontándose a la unificación de grandes países en la Europa del siglo XIX y al ideario del nacionalismo romántico con sus mitos fundadores centrados en el trinomio lengua-pueblo-nación que apoyaron grandes literatos.
A continuación repasó la conmemoración del tercer centenario de la publicación del Quijote que tuvo lugar en 1905 a instancias del Ateneo de Madrid y departió sobre la importancia que que tienen en la actualidad estos grandes fastos, planteándose si siguen siendo necesarios para llegar a una conclusión positiva al considerar que son referentes y ocasión para reflexionar y proyectarse hacia el futuro así como grades oportunidades sociales y económicas para nuestros pueblos, sobre todo para evitar que la crisis lleve a la progresiva deslocalización de la cultura. Puso a la Fundación César Egido como ejemplo y a Quero como argumento para defender que cualquier localidad pueda mantener actividades culturales en este mundo globalizado y hacer un uso activo de las nuevas tecnologías y la cultura de redes para difundir por Internet actividades culturales que pueden ser también yacimientos de empleo y, sin caer en el nacionalismo decimonónico, defender el importante papel de la lengua española en el mundo.
A continuación repasó la conmemoración del tercer centenario de la publicación del Quijote que tuvo lugar en 1905 a instancias del Ateneo de Madrid y departió sobre la importancia que que tienen en la actualidad estos grandes fastos, planteándose si siguen siendo necesarios para llegar a una conclusión positiva al considerar que son referentes y ocasión para reflexionar y proyectarse hacia el futuro así como grades oportunidades sociales y económicas para nuestros pueblos, sobre todo para evitar que la crisis lleve a la progresiva deslocalización de la cultura. Puso a la Fundación César Egido como ejemplo y a Quero como argumento para defender que cualquier localidad pueda mantener actividades culturales en este mundo globalizado y hacer un uso activo de las nuevas tecnologías y la cultura de redes para difundir por Internet actividades culturales que pueden ser también yacimientos de empleo y, sin caer en el nacionalismo decimonónico, defender el importante papel de la lengua española en el mundo.
Y como acto cumbre del homenaje a Cervantes en el día de ayer en el Museo de la Palabra, Juan José Fernández Delgado, doctor en Filología Hispánica y académico numerario, leyó una ponencia que llevó por título "Cervantes, más allá de la libertad absoluta de Don Quijote".
Para el académico, Cervantes escribió una novela diferente creando un prototipo de antihéroe caballeresco cuando las novelas de caballerías habían perdido ya importancia pero sin mofarse del código de valores que los caballeros defendían. Dio vida a un personaje entre heroico y ridículo pero con profundos valores, un ser libre e hijo de sus obras, sin patria conocida, casi sin familia y unos apellidos que no dejan de ser meras conjeturas, lo que nos da indicios de la libertad de un personaje sin dependencias genéticas ni geográficas que decide libremente, confundido por la locura de los libros que leyó, iniciar una aventura caballeresca en la que no sólo se zambulle él sino muchos de los personajes del libro e incluso quienes hoy lo leemos, que de alguna forma las creemos reales, lo que ya enfadaba a Cervantes a quien irritaba que las hazañas reales resultaran más indiferentes a la gente que las imaginarias.
Pero Don Quijote no valoraba sus descalabros como derrotas (y no todo fueron derrotas) sino que tenía una férrea voluntad de superar obstáculos y lo hacía libremente.
El conferenciante pasó a diferenciar la libre voluntad de Don Quijote frente a las decisiones de Celestina, mujer igualmente libre pero que tomaba sus decisiones influida por supersticiones y buenos o malos agüeros, acortando, pues, su libertad de actuación frente a nuestro caballero que actúa tan libre que incluso varía los itinerarios que para él había pensado su autor decidiendo no dirigirse a Zaragoza en la segunda parte cuando se había propuesto hacerlo así en la primera.
Y concluyó el académico defendiendo la propia libertad de Cervantes en su obra que bromea con los lectores jugando a ser mero padrastro de la misma, liándonos con los orígenes de los hipotéticos manuscritos así como quiénes sean los verdaderos narradores de la obra iniciando una poética de la libertad narrativa en la que Cervantes es único y consiguiendo que los verdaderos protagonistas de la obra sin discusión sean Don Quijote y Sancho y que, tras el Vale final, la libertad del autor y de los personajes se nos trasmita a los lectores quienes podemos opinar de forma que autor, personajes, lectores y público en general compartamos una misma tierra, un mismo censo.
Y por encima de todo la extraordinaria humanidad de Cervantes que viejo, fracasado en muchas empresas, con el honor de su casa en entredicho y sufriendo burlas, fue capaz de mantener su buen humor sin imponernos nada ni dogmatizar mostrándose como su Don Quijote profundamente libre.
Para el académico, Cervantes escribió una novela diferente creando un prototipo de antihéroe caballeresco cuando las novelas de caballerías habían perdido ya importancia pero sin mofarse del código de valores que los caballeros defendían. Dio vida a un personaje entre heroico y ridículo pero con profundos valores, un ser libre e hijo de sus obras, sin patria conocida, casi sin familia y unos apellidos que no dejan de ser meras conjeturas, lo que nos da indicios de la libertad de un personaje sin dependencias genéticas ni geográficas que decide libremente, confundido por la locura de los libros que leyó, iniciar una aventura caballeresca en la que no sólo se zambulle él sino muchos de los personajes del libro e incluso quienes hoy lo leemos, que de alguna forma las creemos reales, lo que ya enfadaba a Cervantes a quien irritaba que las hazañas reales resultaran más indiferentes a la gente que las imaginarias.
Pero Don Quijote no valoraba sus descalabros como derrotas (y no todo fueron derrotas) sino que tenía una férrea voluntad de superar obstáculos y lo hacía libremente.
El conferenciante pasó a diferenciar la libre voluntad de Don Quijote frente a las decisiones de Celestina, mujer igualmente libre pero que tomaba sus decisiones influida por supersticiones y buenos o malos agüeros, acortando, pues, su libertad de actuación frente a nuestro caballero que actúa tan libre que incluso varía los itinerarios que para él había pensado su autor decidiendo no dirigirse a Zaragoza en la segunda parte cuando se había propuesto hacerlo así en la primera.
Y concluyó el académico defendiendo la propia libertad de Cervantes en su obra que bromea con los lectores jugando a ser mero padrastro de la misma, liándonos con los orígenes de los hipotéticos manuscritos así como quiénes sean los verdaderos narradores de la obra iniciando una poética de la libertad narrativa en la que Cervantes es único y consiguiendo que los verdaderos protagonistas de la obra sin discusión sean Don Quijote y Sancho y que, tras el Vale final, la libertad del autor y de los personajes se nos trasmita a los lectores quienes podemos opinar de forma que autor, personajes, lectores y público en general compartamos una misma tierra, un mismo censo.
Y por encima de todo la extraordinaria humanidad de Cervantes que viejo, fracasado en muchas empresas, con el honor de su casa en entredicho y sufriendo burlas, fue capaz de mantener su buen humor sin imponernos nada ni dogmatizar mostrándose como su Don Quijote profundamente libre.
Una vez concluida la sesión de la Academia por parte de su director se hizo entrega a César para la Biblioteca del Museo de unas publicaciones en homenaje a antiguos académicos. Y acabaron la mañana subiendo a la terraza de la segunda planta para contemplar el panorama del término de Quero que desde allí se contempla y haciendo fotos de grupo en la puerta del Museo. Por último, tuvo lugar la comida cervantina que no os puedo contar porque yo comí ensaladilla rusa con mi señora madre, que lleva a mal quedarse sola y no era cuestión de no comer tampoco en casa.
Podéis ver más fotos pinchando en ésta del grupo que hice en la puerta.
2 comentarios:
Muy buen reportaje. Se entera uno de to sin haber estado.
Muy bonitas las fotos. Ojo qué bien escribes! Felicidades!
Muchas gracias Julio.
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