Nueva entrega, la tercera ya, de las aventuras del detective Cormoran Strike y su antes secretaria y ahora medio socia (o no) Robin Ellacot. J.K. Rowling sigue haciéndome pasar buenos ratos con su pseudónimo Robert Galbraith, aunque este libro lo habría "podado" un poco en la primera parte que no se qué hacen recorriéndose la Gran Bretaña cuando el asesino actúa y amenaza en Londres, pero en fin, da la impresión que añade contenido para cuando lleven a la pantalla los libros y así necesitará menos guión porque ya tiene el trabajo hecho: viajecitos por la geografía británica y comidas en pubs para promocionar viajes y rutas (que entre un par de series de la BBC que sigo y un par de libros que he leído este año me están entrando unas ganas de conocer Gran Bretaña antes que ejecuten el Brexit...), conversaciones que parecen sobrar para crear más diálogo, lo que apunta a serie y no a película, vida personal de los protagonistas, que hasta ahora no salía demasiado y maldita la gracia, sobre todo Mathew, el novio de Robin, que me cae fatal...
En cuanto a la trama, preparación de la boda de Robin y amoríos de Cormoran aparte, la historia comienza con el asesino limpiándose las uñas tras cometer uno de sus crímenes y Robin recibe un paquete dirigido a ella en cuyo interior le envían una pierna cortada de mujer con una nota con parte de la letra de una canción de Blue Öyster Cult, un grupo de rock de los setenta cuyas letras sirven también para encabezar todos los capítulos del libro, relacionando siempre la frase con el contenido del texto.
Cormoran llama a la policía y se encarga del caso Eric Wardle pero como no le pone demasiada pasión y se limita a sospechar de un mafioso con aficción a remitir partes de sus víctimas, Robin y Cormoran siguen sus propias líneas de investigación con la idea de que la persona que intenta amilanar a Robin lo que pretende realmente es destrozar la carrera de detective de Strike, cosa que progresivamente va consiguiendo porque comienza a perder clientes de manera alarmante (para alegría de parte de la policía que no soporta que Strike tuviera éxito en el pasado en un par de casos que ellos no fueron capaces de resolver).
Sus investigaciones, a la vez que se dispersan geográficamente, se centran en tres individuos que pueden querer perjudicar al detective: una antigua pareja de su madre y dos antiguos soldados a los que Strike investigó en sus tiempos de policía militar. También investigan (que hay gente "pa tó") a un grupo de personas que desean amputarse miembros y con los que contactó una de las víctimas. Mientras van y vienen la cosa se va poniendo fea ya que aparece el cadáver de una mujer y las amenazas hacia Robin son cada vez más reales lo que además del consiguiente miedo le ocasionan problemas con su prometido e incluso con el propio Strike que la quiere fuera de la circulación para evitar ponerla en riesgo. También conocemos cosas de la vida de Robin que marcaron su trayectoria vital y que desconocíamos en los libros anteriores. Cada vez me cae mejor esa chica.
Sus investigaciones, a la vez que se dispersan geográficamente, se centran en tres individuos que pueden querer perjudicar al detective: una antigua pareja de su madre y dos antiguos soldados a los que Strike investigó en sus tiempos de policía militar. También investigan (que hay gente "pa tó") a un grupo de personas que desean amputarse miembros y con los que contactó una de las víctimas. Mientras van y vienen la cosa se va poniendo fea ya que aparece el cadáver de una mujer y las amenazas hacia Robin son cada vez más reales lo que además del consiguiente miedo le ocasionan problemas con su prometido e incluso con el propio Strike que la quiere fuera de la circulación para evitar ponerla en riesgo. También conocemos cosas de la vida de Robin que marcaron su trayectoria vital y que desconocíamos en los libros anteriores. Cada vez me cae mejor esa chica.
La novela es muy entretenida, aunque tiene una parte bastante dispersa antes de la mitad o así, pero vamos sospechando de todos como mandan los cánones del género y hay momentos en que tenemos que mirar sobre el hombro porque Rowling describe tan bien la tensión que parece que tenemos al asesino detrás nuestro, sobre todo porque el punto de vista de la narración, que cambia varias veces, en ocasiones corre a cargo del propio asesino. Por mí que siga con Cormoran y Robin y a ver si ruedan la serie, que ya tienen una seguidora.
Y os dejo una muestra de la música del grupo que escucha el asesino.
Y os dejo una muestra de la música del grupo que escucha el asesino.
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