Le he estado dando vueltas y como al fin y al cabo este es un blog libre (tan libre o tan poco libre como puede llegar a ser su autora) he pensado que no tengo por qué encorsetarlo. Últimamente he meditado mucho sobre la igualdad y tengo la sensación de hipertrofia de la parte de mi cerebro dedicada al género, que no puede una tomarse un café en paz sin tener que defender "a capa y espada" (mala forma) la ley para la igualdad. En mi cabeza caben muchas más cosas y en mi blog también. ¿Por qué ceñirme a recomendar sólo libros escritos por mujeres? Pues eso, que hoy voy a recomendar de todo un poco y, mientras acabo "Cumbres Borrascosas", que me está costando una barbaridad, os recomiendo el mejor libro que he leído en los últimos días: "El violonchelista de Sarajevo", de Steven Galloway.
Lo reconozco, me ha impresionado y llevo dándole vueltas desde que lo acabé ayer. Desde que, en mi tierna infancia, mi madre me recomponía las coletas viendo en el telediario escenas de la guerra de Vietnam, las guerras me han puesto los pelos de punta, pero siempre parecían estar lejos de Europa hasta la que afectó a la antigua Yugoslavia. A mi Yugoslavia me parecía cercana, un país civilizado y moderno en el que una guerra no podía volver a suceder. Por eso me impresionaron tanto las barbaridades que allí ocurrieron. No me parecía posible que en un país casi como el nuestro ocurriera lo que ocurrió, que un día pudieras salir a la calle y te dispararan desde cualquier balcón o que violaran a todas las mujeres y niñas de tu pueblo o que se llevaran a los hombres a la fuerza o hubiera asesinatos por doquier.
El libro que recomiendo no retrata la guerra en sí, entendida como muchos libros de historia la retratan (como batallas o escaramuzas bélicas), sino la percepción que tienen de ella las personas de a pie que la sufren y cómo les afecta moralmente hasta destruir de alguna manera su humanidad. El libro parte de un hecho real: en un momento del cerco de Sarajevo una explosión acaba con la vida de 22 personas que hacían cola para conseguir pan. Un violonchelista de la orquesta de Sarajevo, Vedran Smailović, tocó durante veintidós días seguidos el adagio de Albinoni en el mismo lugar en que impactó la bomba. Aprovechando este hecho varios personajes literarios, pero muy muy reales, nos transmiten sus vivencias de la situación, Flecha, una francotiradora que recibe el encargo de defender al violonchelista; Kenan, un padre de familia que debe conseguir agua para su familia pero se ve atenazado por el miedo cada vez que sale a la calle y Dragan, un señor mayor que va a buscar el pan e intenta cruzar una calle en la que otro francotirador está disparando, lo que le paraliza y le obliga a esperar a que otros crucen, haciéndolo una amiga con la que ha hablado y a la que disparan. Los personajes evolucionan por la ciudad mostrándonos los destrozos materiales y los destrozos morales y psicológicos que sufren ellos mismos (se sienten cobardes, inhumanos, responsables...). Lo bueno es que todos saben que no se pueden dejar vencer por lo que sienten y toman la decisión de no dejarse llevar por la inhumanidad. De verdad, merece la pena leerlo para ver la poca distancia que existe entre la humanidad y la barbarie.
Yo el libro lo compré en la Casa del Libro y era una edición especial con la que te regalaban un disco con el adagio de Albinoni, que, por cierto podéis escuchar en la página web del libro, donde podéis leer también su primer capítulo para saber si os va a gustar o no. Ya hace pensar la cita que incluye al principio "Es probable que no te interese la guerra, pero a la guerra sí le interesas tú".
Ah, la web del libro es la siguiente:
No hay comentarios:
Publicar un comentario