Es de las pocas cosas buenas que tiene el hacerse vieja: no te tienen que contar muchas cosas porque ya las has vivido en primera persona. La foto se la he hecho a "mi trozo" del Muro de Berlín, cuya caída hoy celebramos. Es muy útil tener algo físico a lo que echar mano para tomar fuerza cada vez que nos enfrentamos a muros de incomprensión en nuestro trabajo diario por la igualdad. Aunque me temo que el muro de la desigualdad y la discriminación va a tardar en caer, también el de Berlín se construyó "para siempre". Me conformaría con que al muro invisible contra el que tenemos que enfrentarnos a diario le quedara de vida lo que permaneció en pie el de Berlín.
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