Yo tampoco lo sabía hasta hace un rato que he desempolvado uno de mis quijotes para releerlo (propósito de año nuevo más alcanzable que adelgazar y hacer ejercicio) y al abrirlo al azar se me ha aparecido el epitafio del Monicongo a la sepultura de don Quijote cuyo primer verso reza "El calvatrueno que adornó a la Mancha" y no me iba a quedar con la duda, así que lo he buscado y resulta que es una palabra que sólo puede ser masculina y que se puede llamar así a un hombre alocado o atronado; de ahí lo de clava y trueno y de ahí también que se aplique a nuestro paisano hidalgo.
También sirve para referirse a una calva grande que coge toda la cabeza y, curiosamente, el Diccionario de la RAE también señala como masculina esa palabra, luego digo yo que si quiero decir que un señor tiene una cabeza como una bola de billar debo decir que tiene un calvatrueno y no una calvatrueno. Ya ves, cosas del género gramatical. O a lo mejor sólo puede decirse que es un calvatrueno y que el contexto, de que tan amiga es la Real Academia, nos aclare el resto.
Y así a lo tonto he inaugurado un nuevo apartado en mi blog que voy a denominar "Bonitos palabros". Que hay palabras que se conocen y se usan poco pero que resultan sonoras, sorprendentes, ampulosas,... en fin que me han llamado a mi la atención y quiero que se conozcan.
Por cierto, que para quien se haya preguntado qué es un "monicongo", que según el epitafio al que me he referido es el nombre que da Cervantes al académico de Argamasilla que lo escribe, la palabra no la he encontrado en el Diccionario de la RAE pero debe ser algo así como un talismán, un muñeco que transmite cualidades especiales a quien lo porta (como la famosa pata de conejo). En otros sitios lo he visto relacionado con una especie de vudú en el que el muñeco se entierra e incluso en otros sitios aparece como un simple espantajo, todo lo cual no hace sino reforzar la gracia y la burla contra los académicos que realiza Cervantes porque al siguiente lo llama "Paniaguado", al supuesto autor del soneto siguiente "caprichoso", a otro "Burlador", al siguiente "Cachidiablo" y al último "Tiquitoc". Y a una, después de gastarse los ahorros comprándose la nueva Gramática de la Real Academia para descubrir que seguimos siendo el "género marcado", le ha dado por preguntarse y meditar cómo llamaría nuestro más conocido autor a los miembros actuales que quieren seguir limpiando, fijando y dando esplendor a la lengua española.
Bueno, que es fin de año, que salgáis con buen pie del 2009 y no entréis a gatas en el 2010.
No hay comentarios:
Publicar un comentario