Seguro que el "aparatejo" no lo inventó una mujer porque si no me imagino que habría considerado algo más anatómico que la sanwichera donde te meten el pecho para "espachurrártelo" si miramientos. No se si pillándotelas con la puerta del coche o de una cámara frigorífica se conseguiría el mismo efecto pero me parece que debieran advertirlo un poquito antes de entrar, que después de ver en Internet que el aparato "comprime suavemente el pecho" y que "puede molestar levemente" he tenido que cambiar mi definición de "molestia".¡Que sí, que me ha tocado hoy hacerme mi primera mamografía! Y como experiencia me gustaría a mi ver a los de al límite de lo imposible poniéndose los testículos entre las dos planchas. ¡Leche, que duele!
En fin, ya en serio, que la prevención evita muchos problemas. Realizarse autoexploraciones, consultar con nuestro/a médico/a, realizarse revisiones cuando toca... y cuando os llamen al "autobús de la mamografía", pues tomadlo alegremente y arriba, aunque yo daría unos consejitos a quienes organizan el Programa de Detección Precoz:
1º.- Por favor, no pongan ustedes en el sobre y en un cuerpo de letra 16 el nombre del Programa en el remite, que se entera hasta la cartera que ya tenemos 45 años y que nos van a hacer una mamografía. Algo más discreto también valdría, que luego nos leemos la carta. No quiero ni imaginame si comienza a llegarle a todos los hombres de una edad una carta en cuyo sobre se haga referencia a un Programa de Detección Precoz del Cáncer de Próstata (que falta haría, por cierto, no solo la carta, sino el programa).
2º.- La mayoría de las mujeres no somos tontas ni guarras, así que bastaría con decir algo parecido a "se recomienda una ducha dos o tres horas antes de la prueba" en lugar de ocupar varias líneas explicando no se qué de qué fluidos corporales que pueden ocasionar la ineficacia de la prueba.
3º.- Me imagino que con la referencia a "ropa cómoda" querrán decir "ropa fácil de quitar" porque hay mujeres que van comodísimas con un conjunto de lencería con treinta corchetes y no creo que sea recomendable para la paciencia del resto de mujeres que esperan en la puerta para realizarse la prueba.
4º.- ¿Por qué no se incluye el cuestionario a rellenar en la carta de citación para la prueba? Se evitaría la aglomeración sobre los escasos puntos de apoyo para el folio que existen en la sala de espera y se obviaría el correspondiente escándalo pasándose los bolis, "espera que me quito el abrigo", "uy, perdón señora que no quería darle con el codo", "déjame un hueco que no puedo escribir"... y además prodría escucharse a quien reparte los números, quien a su vez podría explicar levemente en qué consiste la prueba en lugar de mandar directamente "hacia allí".
Y es que, como era la primera vez, he entrado como salen los toros a la plaza, sin saber qué les espera, te mandan meterte en un cubículo que parece más o menos un probador como los del Hipertextil de Sonseca, con la mitad de la cortina descolgada y, como no te dicen nada, preguntas bajito "¿de cintura para'rriba, verdad?" y sales después al ruedo, con un frio que pela, intentando parecer natural, así como quien no quiere la cosa con las domingas al aire, y te dicen que te acerques a la máquina, te enganchan una, te la ponen sobre una platafoma pequeña y en la posición más incómoda que se os ocurra la comienzan a apretar con la parte de arriba hasta que crees que le va a pasar lo que al queso de un sandwich mixto y, así, cuatro veces, de frente y de lado para cada una. Y ya te puedes vestir y marcharte "que hay prisa", como la señora de la fabada del anuncio. Y menos mal que no he tenido que esperar que, como no podía irme en el autobús porque a las doce tenía otra consulta, he conseguido el número 1. No se a qué hora habrán terminado las toboseñas.
Ya se que ya lo colgué una vez, pero como lo que abunda no daña y el 70% de los cánceres de mama son detectados en autoexploraciones, os cuelgo una presentación para facilitaros la tarea. Si, además, os ponéis música suave, también puede servir de relajación.
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