A continuación pasé al patio de la familia Pérez de la Rica para saludar a una de mis alumnas del Curso de Inglés Comercial. No es exactamente un patio tradicional porque es una construcción de nueva planta pero merecía la pena el casi museo etnográfico que cuelga de sus paredes y que debe costarles un rato mantener tan limpio.
Antes de pasar al último patio que vi, me di una vuelta por las calles que estaban siendo engalanadas para el Corpus luchando el vecindario con el airecillo sahariano que se pretendía oponerse a sus intenciones volteando los toldos. Incluso alguna vecina todavía estaba escobón en mano dándole a la cal. Luego he visto las fotos en la web del Ayuntamiento y he visto cómo quedó al final, con las flores y adornos en todo su pompa.
Volviendo ya para casa para impedir mi desheredación por abandono de madre durante más de media hora, vi abierta la portada de una casa que está pared con pared con el Ayuntamiento pero que nunca había visto abierta así que aparqué el coche bajo la mínima sombra de un mínimo árbol junto al arco y bajé la calle para asomarme, quedando muda de la impresión al encontrarme con la iglesia de El Toboso casi en el interior del corral de la casa. La sorpresa fue morrocotuda. El corral es de una belleza que emociona. No había vuelto a ver un entorno tan manchego, tan minimalista y sobrio, tan nuestro desde mi infancia. Unas paredes de una blancura casi agresiva me rodeaban por doquier, con puertas pintadas como las tenía mi abuela... Me encantó, aunque la solanera no permitía la amigable charla que debimos tener bajo la sombra de la higuera de la casa, en la cuadra y bajo las bovedillas del zaguán.
Lo que no vi en El Toboso fue mucha gente, me imagino que debido a la chicharrera reinante a esas horas pero me dicen que hubo muchísimas personas por la tarde. Como no estamos hablando de una manifestación (millón y medio según la organización, cuatro gatos según la policía local) tendré por buena la evaluación de resultados sobre todo por las personas que permiten que paseemos sus patios y también por los/as profesionales de la hostelería toboseña que crearon pinchos especiales para la ocasión, que tampoco pude degustar ya que no disponía de tiempo. En fin, a ver si el año próximo puedo escaparme más rato, que lo que a mi más me gusta es departir con la gente que está en los patios y esta vez me he quedado sin conversación.
2 comentarios:
Hola, cuando puedas, podrías colgar las fotos del Corpus de Quero.
Saludos, Jose
A sus órdenes.
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