Desde hace muchos años tenemos en mi casa para saber en qué día vivimos (y esencialmente en mi caso para no ir a trabajar en día de fiesta) un calendario de esos de taco que nos ayuda a ubicarnos en el tiempo. Comencé a comprarlo hace muchos años cuando mi padre empezó a no poder salir de casa y siempre andaba preguntando el día de la semana.
Como debido a su diabetes había perdido mucha vista compraba un taco del tamaño del que tiene en su salón la bolsa de Madrid. Al arrancar a diario la hoja para marcar el transcurso del día mi padre miraba detrás y solía entretenerse con las sopas de letras y los crucigramas que incluía y me guardaba frases célebres o relatos de efemérides que le resultaban interesantes (todavía conservo una hoja con fechas célebres para la igualdad que me guardó una vez).
El hecho es que no se si por la crisis llevo dos o tres años que no consigo comprar un taco de las dimensiones que tenían los primeros y este año he tenido que conformarme con uno pequeñito que pese a tener unos números de un tamaño aceptable tiene las letras de un cuerpo similar a los que le ponen en sus etiquetas a los ingredientes de los refrescos para que ni te des cuenta de que te están envenenando de forma que para leer las frases célebres que vienen algunos días tengo ya que coger la lupa.
La disminución de mi capacidad visual me ha llevado a intentar acordarme del nombre técnico de la vista cansada, esto es, presbicia, que nunca me sale a la primera y como lo uno lleva a lo otro he buscado el origen de la palabra, a consecuencia de lo cual he llegado a la conclusión que ya sospechaba: estoy "muuu" vieja. No solo vieja sino casi anciana. Pues no que presbicia viene de la palabra griega "présbis" (πρέσβυς) que significa "anciano", no viejo que sería γέρος (de ahí geriátrico, geriatra...).
En fin, que con la lupa en cuestión leí una frase que me ha hecho pensar. Según el taco es de Flaubert y dice así: "tres condiciones se requieren para llegar a ser feliz: ser imbécil, ser egoísta y gozar de buena salud. Pero bien entendido, si os falta la primera condición todo está perdido". ¡Qué verdad más grande! Ahora me explico por qué tiendo más a la depresión profunda que a la felicidad.
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