Este blog tenía un apartado de "Mujer de la semana" que pretendía homenajear a mujeres que, por su trayectoria, su trabajo, su biografía o por que sí, me parecían importantes y deseaba compartir mi parecer con quien accediera al blog. Luego estaba la "Dulcinea del mes" del ex-Centro de la Mujer de El Toboso que pretendía un poco lo mismo pero como proyecto de Centro y con periodicidad mensual.
Los posts de "Mujer de la semana" nunca fueron semanales y la Dulcinea del mes ya no tiene razón de ser desde que ya no trabajo en El Toboso así que me había quedado un poco en "stand by" con el tema de las biografías sobre todo porque me di cuenta que ahora podía volver a poner a quien quisiera sin temor a que no le gustara a algún alguien o alguna "alguiena". Me imagino que era el vértigo de la libertad de expresión y no se si por asociación de ideas me acordé de Amelia Valcárcel, gran filósofa y una de las madres del feminismo en nuestro país, quien tiene además una habilidad fabulosa para explicar las cosas complicadas de una forma que se entienden fácilmente y con un incomparable sentido del humor.
Doña Amelia nació en Madrid en 1950, estudió Filosofía en Oviedo y Valencia y ha venido desarrollando su labor principalmente en el ámbito universitario, primero en Oviedo y en la actualidad en la UNED como catedrática de Filosofía Moral y Política. Ella dice que le encanta la Universidad porque puede hacer lo que le gusta y encima le pagan.
Mi formación filosófica académica deja mucho que desear ya que en el Instituto se limitaron a dictarme apuntes sobre una sucesión de filósofos (filósofas ni una) con una sucinta explicación de sus teorías, resúmenes de resúmenes que me parecían bastante estúpidos y sin aplicación visible a nada que se me ocurriera. En la carrera, no obstante, me interesaron enormemente los aspectos relativos a la moral y la ética jurídicas, al concepto de deber y todo lo relacionado con los derechos fundamentales, ya que nuestra Constitución tenía poco tiempo de vida y todo el mundo glosaba sus artículos.
En quinto había una asignatura que se llamaba Filosofía del Derecho pero teníamos un profesor que consideró más interesante disertar en sus clases sobre cómo hacer resúmenes, sobre todo de los libros que él escribía, mientras mandaba a un adjunto un día a la semana para que tratara de dar el temario, mandato que era aprovechado por el mismo para demostrar que sabía bastante más filosofía que su mentor y que, por supuesto, era mejor profesor que él. Todavía recuerdo aquellas clases, que no fueron muchas porque el titular de la asignatura descubrió que habíamos tomado cariño a su pupilo asistiendo en masa a sus clases mientras en las suyas el absentismo era el rey.
Lo anterior viene al caso porque no llegué a descubrir a Amelia Valcárcel en ningún manual de Filosofía sino que comencé a oír y a leer de ella es su faceta feminista. En muchas charlas, en seminarios, en ponencias, en artículos que he venido devorando desde que se hizo la luz en mi cerebro y me di cuenta que la igualdad que yo creía que la normativa me garantizara nunca había existido y, lo que era peor, que tampoco ahora existe, en muchos foros se mencionaba a Doña Amelia.
Hay que decir que yo llegué bastante talludita al feminismo pero también es cierto que después he intentado formarme leyendo de forma indiscriminada tal vez pero voraz y con hambre de loba un libro tras otro, un artículo tras otro para intentar explicar de forma sencilla muchas cosas en las que creo porque me fastidiaba mucho necesitar "traducir" el lenguaje de muchas autoras al román paladino cuando daba una charla.
Debo reconocer que creo que mi cerebro es lento. Tiene una forma particular de funcionar para según qué cosas. Es como si tuviera neuronas que creyeran en la duda como sistema. Parecen no entender que de un punto a otro el camino más corto puede ser la línea recta y sus sinapsis se dan una vuelta por Murcia antes de dirigirse a Burgos para acabar en Madrid pasando primero por La Coruña. Eso sí, disfrutando una barbaridad con el viaje. Pero, cuando acaban llegando a una conclusión que les parece adecuada, se lo pasan en grande, pueden ser realmente brillantes. Igual es el famoso aura epiléptico pero la sensación de haber unido el punto de partida y el destino puede ser verdaderamente orgiástica. No obstante, a veces, la sensación del destino se parece más a una costalada tras un imprevisto resbalón. De pronto te encuentras mirando al cielo cuando un microsegundo antes estabas en posición vertical y, encima, con un dolor en la espalda que te impide respirar. Es como dedicar meses a buscar las fuentes del Nilo y encontrar al final un grifo. Eso me pasó el día que tras mucha lectura me di cuenta de dónde estábamos todavía las mujeres.
He leído a Celia Amorós, a Victoria Camps, artículos de Nash, de Nussbaum... Me han aportado mucho pero es difícil decir compartir con la gente de la calle sus ideas. Pues bien, Doña Amelia Valcárcel Bernaldo de Quirós, con todo lo filósofa profunda que es y con haberse iniciado en el mundo editorial con Hegel (que no tiene fama de claro) me parece la persona que más clarito habla y mejor explica y comunica el feminismo y la situación de desigualdad de las mujeres, lo que llama "el espejismo de la igualdad".
A los ejemplos me remito. He estado buscando vídeos para que podáis escucharla directamente. Su biografía podéis consultarla en muchos sitios pero creo que es mejor oírla.
Primero un pequeño aperitivo de un encuentro de formación donde deja claro que vivimos tiempos "de salvar los muebles", de "resistir y agarrar lo que se tiene" ya que en periodos transicionales cuando la gentes tienen temor al futuro y el mundo no es estable las vidas de las mujeres pierden oportunidades, sus libertades retroceden y se esfuma su calidad de vida. Lo que suelo decir yo siempre de forma más pedestre cuando apercibo para no dar marcha atrás porque pasito que retrocedemos ¡ojo lo que cuesta volver a andarlo!
Para profundizar un poco os cuelgo el vídeo del programa "Pienso, luego existo", que le dedicaron en la 2.
Y otro más donde habla entre otras cosas de la democracia como el mayor salto de la humanidad y los grandes retos del ser humano, sobre la violencia que nos acompaña...
Y por fin el del "espejismo de la igualdad" que hace que las mujeres tengamos que intentar subir generación tras generación siempre los mismos montes para intentar afrontar la desigualdad latente.
Para quienes empiezan a preguntarse cosas, os cuelgo una ponencia que dirigió en 2010 a jóvenes en Gijón.
Me quedo con un razonamiento que hace en alguno de los vídeos que os he colgado: "Nunca olviden que el feminismo es un internacionalismo y que
una cadena es lo fuerte que sea el eslabón más débil. La libertad de las
mujeres no está planetariamente conseguida. En este planeta y en muchos sitios
nacer mujer es estar condenada al infierno, directamente… No olviden nunca cuál
es el contexto general… El feminismo es en la mayor parte del planeta todavía
hoy una teoría de las libertades elementales y mínimas: que no te casen contra
tu voluntad, que no te violen, que no te golpeen, que no te den menos de comer,
que no te asesinen cuando eres niña, … todo eso y mucho más". Pues eso, claridad ante todo.
Temo que como biografía este post deja mucho que desear pero creo que es mejor ir a la fuente directa para conocer su pensamiento antes que os cuente mi versión o os copie la Wiki. De sus libros tengo y me he leído "La política de las mujeres" que publicó la colección Feminismos de Cátedra. Intenté comprar "Sexo y filosofía" en segunda mano de la Casa del Libro pero alguien debió leer el principio del libro y nunca me llegó pese a que lo reclamé. Está descatalogado pero lo podéis leer en Google Books.
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