sábado, marzo 07, 2015

"Sangre o amor" de Donna Leon.

Algunas tentaciones están hechas para caer en ellas y me reconozco adicta a las historias del comisario Brunetti; así que, habiendo publicado nuevo libro Donna Leon, decidí darme un nuevo paseo literario por los canales de Venecia y sumergirme en la nueva historia que nos propone esta autora y que en inglés lleva por título 'Falling in Love' pero la han traducido al castellano como "Sangre o amor" por aquello de mantener la idea de novela policíaca, que con "enamorarse" podía inducir al error de pensar que la novelista se había pasado a las historias románticas.
Nos encontramos otra vez con la soprano Flavia Petrelli, que los seguidores de Brunetti conocíamos ya de "Muerte en la Fenice" y, sobre todo, de "Acqua Alta". Parece haber suavizado bastante su carácter y haber roto con la arqueóloga Brett Lynch, ya que se hacen más referencias a un ex-marido español y a sus dos hijos que a su amante americana, me imagino que para que podamos sospechar de él como acosador, ya que la novela va precisamente de eso: de acoso.
Vemos a Flavia bastante asustada porque está recibiendo una cantidad ingente de rosas amarillas, incluso en jarrones caros, al final de sus representaciones en distintos países. En el libro que acabo de terminar la Petrelli está en Venecia representando Tosca en el Teatro de la Fenice y su miedo se acentúa cuando en una de sus representaciones apenas puede sortear las rosas que le lanzan al escenario y al volver al camerino lo encuentra invadido de ramos de esas flores, todas de color amarillo. Así que, cuando Guido Brunetti y su esposa Paola acuden al camerino a felicitarla por su soberbia actuación, acepta su invitación a cenar con la idea de transmitir al policía sus cuitas y saber si debe seguir preocupándose. 
La cena tiene lugar en el Palazzo Falier de los padres de Paola y al principio todos, salvo el conde, intentan quitar importancia al suceso culpando del exceso de flores a un admirador demasiado detalloso.
La cosa se complica cuando la cantante recibe un collar de esmeraldas de incalculable valor y, sobre todo, cuando ocurre algo que nadie considera posible en Venecia: una agresión en la calle.
Una chica cuyo canto ha elogiado Flavia en el teatro es empujada desde un puente dejándola inconsciente tras haberle susurrado por detrás 'È mia'. Puesto que la chica es muy joven comienzan a dudar que la persona que la agredió se refiriera a ella llamándola de usted y sospechan que con el 'É mia' quien la empujó quería referirse a otra persona a quien consideraba de su exclusiva propiedad.
Brunetti comienza a investigar (de manera bastante pobre por cierto) pidiendo a la Signorina Elettra, secretaria del vicecuestore Patta, que le ayude mediante sus "contactos", cosa que hace pese a encontrarse de huelga ya que ha decidido que la misma sólo afecta a su jefe y al teniente Scarpa, pues han suspendido de empleo y sueldo a su compañero Alvise y, por los medios "non sanctos" a los que nos tiene acostumbrados la signorina, ella decide saltarse la orden porque ni ella ni nadie, salvo sus jefes, pueden creerse que el policía más pacífico y menos espabilado de la comisaría haya sido capaz de agredir brutalmente a un manifestante, que es de lo que le acusan.
La trama se torna más seria cuando el dueño del apartamento en el que se aloja la soprano, amigo también del policía, es apuñalado por la espalda tras ser visto con la cantante. Siguen investigando las cámaras y comienza a tomar cuerpo la sospecha de que se trate de una mujer quien esté acosando a la diva y agrediendo a cualquier persona a la que la misma parezca tener aprecio. Brunetti no acaba de creer que una mujer pueda ejercer tanta violencia.
No me ha parecido una buena novela, el nivel es mucho más bajo que las anteriores de la misma autora y el mismo protagonista, es bastante mediocre y el final es lo único medio válido por lo melodramático. El resto no creo que suponga un hito en la carrera de Donna Leon, aunque me imagino que seguirá vendiendo sus libros como churros y las series televisivas que realizan a partir de los mismos le seguirán dejando pingües dividendos.
Y yo seguiré leyendo los libros porque me imagino paseando con Brunetti por su maravillosa ciudad, comiendo en la terraza de su casa con vistas al canal, hablando de libros con su mujer, que en este último tiene muy poco protagonismo, y riéndome con las puyas entre Raffi, el hijo mayor de Guido y Paola, y su hermana Chiara.

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