viernes, abril 01, 2016

Cuarto libro 2016: "Con anuncio", de Rosa Ribas.

Poco que me gustó y encima he ido dejando tiempo y tiempo la reseña, que ahora casi ni me acuerdo. En cualquier caso creo que no os perdéis nada si os lo saltáis. 
No se si es que la protagonista me aburre o que no me ha gustado el libro o ambas cosas pero el caso es que ni la trama policial ni los métodos de investigación hacen amena esta novela. O por lo menos no me dejó gran huella y me costó acabarla porque leía "de a poquito" y de un día para otro se me había ido el hilo. Pues eso, aburrido y sin sustancia. Y me da rabia porque otras cosas que he leído de Rosa Ribas sí me han gustado.
La protagonista es una comisaria germano-gallega que ha unido los apellidos de sus padre que en diferentes idiomas significan lo mismo y está obsesionada con su nariz (la tiene torcida desde que se cayó de la bici cuando era pequeña). En este libro tiene problemas con su marido, que regresó de Australia tras un viaje sin ella para encontrarse a sí mismo, y comparte el tiempo que resta a otras investigaciones más truculentas que su comisaría tiene pendientes intentando averiguar quién envía anónimos a los empleados de una agencia de publicidad (Baumgard amp; Holder) haciendo mención a circunstancias o hechos íntimos de los destinatarios, como por ejemplo algo tan sutil como escribir "Maricón de mierda" en el capó del coche de un homosexual.
Más que investigar en profundidad y con criterio parece que la comisaria está de vacaciones en la agencia dedicada a enterarse de los cotilleos y rencillas que se cuecen dentro, dejando a sus subordinados las investigaciones de campo, hasta que las cosas se van complicando y aparece el primer muerto, con la cara pintada de payaso y sin que hayan averiguado quién lo mató aparece el segundo. Que si es de la agencia, que si un asesino en serie, que si patatín, que si patatán, que si su marido, que si sus orígenes gallegos... que si un grupo homófobo llamado "Alemania Limpia", que luego nada es lo que va pareciendo y casi decepciona la resolución del caso.
Pues eso, que no me ha dejado mucho rastro.

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