Debo tener cierta relación de amor-odio con el Premio Pulitzer: de amor porque me suelen llamar la atención los libro premiados, supongo que por el prestigio que se le presupone al premio, y odio porque me acabo acordando de la parentela de cuyo árbol genealógico desciende Joseph Pulitzer y un poco hasta el moño de los libros.
Aunque pensándolo bien y repasando títulos... "Middlesex" me gustó, "Las Horas", también, "El color púrpura", "Matar a un ruiseñor"... bueno, vale, que todavía vivo con secuelas de "El Jilguero" y extiendo sus efectos cada vez que oigo la palabra Pulitzer y que éste, que ahora reseño, tampoco me ha acabado de gustar en exceso.
Óscar es un chico dominicano gordito y friki ("nerd" lo llaman en el libro) al que le gustan todas las chicas pero que, al contrario que todos los demás paisanos que lo rodean que parecen ligar muchísimo y, contraviniendo el estereotipo masculino dominicano, a ninguna de ellas le gusta Óscar, lo que no evita que se siga sintiendo atraido por todas de forma obsesiva y cercana al acoso. Vive en los Estados Unidos con una madre no precisamente afectiva y con una hermana también un poco rarita y escribe compulsivamente historias fantásticas esperando convertirse en el Tolkein dominicano. La historia, o historias, porque son muchas y en un vaivén temporal constante, están sobrevoladas desde la primera página por lo que el narrador denomina "fukú", una especie de maldición que les rodea desde el descubrimiento de América y que persigue especialmente a la familia de Óscar, que vamos conociendo a tropezones de viajes físicos y temporales a la República Dominicana donde topamos con el Trujillo, cómo no, y aunque el libro se escribiera originariamente en inglés la traductora debe haber hecho buen trabajo porque parece que leemos con acento dominicano (aunque la traductora sea cubana).
Lo mejor del libro es el relato de la realidad histórica subyacente por la que ha pasado la familia de Wao desde la supuesta vida acomodada de algunos de sus antepasados hasta la fecha así como la influencia que esa realidad tiene en la forma de pensar y vivir de los protagonistas. Lo accesorio, lo anecdótico parece la vida de Óscar a la que no le veo nada de maravillosa en toda su trayectoria pues el pobre va de mal en peor.
Pensando, pensando, a lo mejor por eso no he acabado de verle la gracia al libro, porque he intentado buscar una trama en la vida de Óscar Wao debido al título y es lo menos relevante a la larga, como poco relevante puede ser la vida de cualquiera, y lo importante en el libro es el fondo (el éxodo dominicano, la tragedia de la tiranía, la "maldición" que parece afectarles) y la forma (varios narradores, cambios temporales y geográficos, el idioma...). Igual alguna vez debo darle otra lectura con otra mirada.
Y una frase que me llamó la atención y apunté: "nunca son los cambios que queremos los que cambian todo". Qué razón tiene. Nos proponemos cambiar, emprender un proyecto nuevo, hacer algo con nuestra vida para intentar lograr una determinada meta y realmente, si miramos atrás, las verdaderas inflexiones de nuestra trayectoria vital comenzaron con un suceso nimio que supuso un mínimo giro cuya parábola reorientó todo hacia donde estamos ahora sin que entonces lo imagináramos siquiera.
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