La verdad es que hace tiempo que lo leí pero llevo unos días intentando recordar el argumento y me debió dejar poco poso porque no consigo rememorar grandes cosas de esta novela.
Jaritos, el personaje de Márkaris que protagoniza la mayoría de las novelas suyas que he leído, me gustó mucho al principio pero la evolución que ha tenido en las últimas obras no me ha gustado un pelo. Se ha convertido en un personaje muy anodino y la historia se resiente. Apenas echa ya mano al Dimitrakos, que era su diccionario de cabecera, y ni siquiera discute con Adriani, su mujer, que da gracias a la Virgen porque parece que se ha acabado la crisis en la Grecia del libro a la que afluyen de ignota procedencia capitales sin cuento que mejoran la situación y llevan al gobierno a un partido de nuevo cuño, el Partido Nacional del Cambio que, preguntándose "¿y si...?" y sin haber hecho promesa alguna, consigue mayoría absoluta.
Este libro comienza, como la generalidad de las novelas policíacas, con un cadáver. Alguien, cuya trayectoria vital tampoco le hubiera llevado a la santidad por que tenía entre sus ocupaciones laborales el tráfico de personas, aparece atado a una silla y con un tiro en la cabeza, pero el comisario Kostas Jaritos no parece que tenga mucho que investigar porque todos parecen estar convencidos que se trata de un robo que acabó en homicidio y enseguida alguien confiesa haber cometido ambos delitos. Aunque a cabezón nadie ganaba a Jaritos, parece pronto a obedecer las presiones de su jefe para darle carpetazo al asunto cuando aparece otro cadáver, esta vez acuchillado: el de un armador. Y poco después, también hay quien se atribuye su muerte. Pero aparece un tercer cadáver, esta vez el de un periodista que nos resulta conocido de novelas anteriores y las alarmas de Jaritos le pitan por todas partes para seguir investigando aunque le pongan todas las trabas posibles para que lo considere un vulgar atraco.
La trama investiga las muertes a la vez que trata sobre las inversiones del dinero de origen poco claro y que en la novela afluye sin cuento como una especie de experimento de desarrollo económico con dinero negro en un país en bancarrota que pretende la vuelta de los empresarios que salieron del país y un cambio de modelo que no se pregunte de dónde viene el dinero porque lo que les interesa es que venga, que se genere trabajo, que retornen las empresas y que en el gobierno quienes gobiernen generen estabilidad. La idea no es mala pero la forma en que fuerza los sucesos no me acabó de convencer. Es de las novelas de Márkaris que me ha parecido más floja o igual es porque no me gustó mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario