Con lo que me gustó "Se lo que estás pensando", esta última novela de John Verdon, sin embargo, me ha resultado entre soporífera y tirando a peñazo.
No se si es que tengo crisis lectora, leo menos y más despacio y ya puede ser la cosa brillante para hacerme tilín. O eso o es que el detective David Gurney está en declive. Y eso que la acción se desarrolla en medio de conflictos raciales que darían para siete series de acción, así que convertir la investigación en algo monótono y aburrido también tiene mérito, que casi estaba esperando que aparecieran buganvillas en la casa de campo del protagonista para mandar el libro a hacer puñetas.
Gurney, que vive retirado en una casa de campo entretenido en una excavación arqueológica de unos restos en su propiedad con menos antigüedad que los de cualquier ruina de una casilla de campo manchega (porque investigar historia de los EE.UU. es lo que tiene), se deja contratar como investigador independiente por el fiscal del Distrito, en el que tiene menos confianza que en otra cosa, para dar cierta idea de imparcialidad a la investigación del asesinato de un policía en el marco de una protesta racial con motivo del aniversario de la muerte de un chico negro. Había prometido a su mujer, que en esta novela tampoco es un personaje tan interesante como en otras, que no iba a volver a la investigación pero el gusanillo de seguir pareciendo el más listo y el más justo y el menos sobornable y... pues eso, que vuelve.
Aparentemente parece que alguna de las asociaciones en defensa de los derechos civiles de los negros pudiera estar implicada en la muerte, pero resulta que han ido a asesinar al policía más íntegro del cuerpo y encima estaba casado con una afroamericana, por lo que no parece la cosa tan clara e incluso hay indicios que hacen pensar en una trama interna dentro de la policía y Gurney va poco a poco, de forma demasiado parsimoniosa para mi gusto, entresacando los hilos que llevarán a la solución del caso, aunque parece que siempre llega tarde y tampoco descubre la cuadratura del círculo. Acostumbrada a tramas más interesantes, ésta me ha parecido demasiado manida, tratando temas que están muy vistos en series, conflictos raciales, corrupción policial, fiscales con aspiraciones políticas,... aunque tal vez se trate de una novela más destinada a consumo interno, que al fin y al cabo el tema racial en Estados Unidos es una preocupación candente.
En fin, que no me ha gustado mucho. De hecho, muchas páginas me han resultado aburridísimas.
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