jueves, enero 03, 2019

Cuadragésimo segundo (y último) libro 2018: "Las siete muertes de Evelyn Hardcastle", de Stuart Turton.

Y finiquito las reseñas de los libros leídos en 2018 con éste libro que por poco se carga mi afición a la lectura y que me ha dado el propósito para el año nuevo: dejar inacabado un libro cuando me vaya resultando un plomo. Y que si el propósito lo hubiera hecho para 2018 éste se hubiera llevado seguro la mayor parte de las papeletas, que se me atragantó el libro, las ganas de leer, las ganas de resumir y lo único que me ha proporcionado ha sido sueño.
Dice la editorial en la contraportada que es "una extraordinaria mezcla de Agatha Christie, Atrapado en el tiempo, Origen y Black Mirror". No he visto todavía ningún capítulo de la serie de Netflix, ni la película de DiCaprio y al día de la marmota o como se llame le tengo hecha la cruz como a casi cualquier película en la que intervenga Bill Murray pero, desde luego, lo que no he visto por ningún sitio en el libro es a Agatha Christie. Es una mezcla de estilos sin sobresalir y destacar en ninguno y sin que me enganchara ninguna de sus páginas más allá de la primera sorpresa inicial.
No me gusta mucho la literatura fantástica en general ni que aparezcan cosas imposibles en un libro que pretenda ser verosímil y por eso el punto de partida de éste, en el que una persona va ocupando progresivamente el cuerpo de otras para repetir el mismo día, pero desde la diferente perspectiva que le da el cuerpo y la mente de su huésped, con la finalidad de descubrir quien es el culpable de la muerte a la que se refiere el título de la novela y, en su caso evitarla, pues como que no me entraba en la cabeza en ningún momento. Y si lo que pasara en el día de la muerte fuera entretenido o sorprendente, pero es que no pasa nada y leer siete u ocho veces sobre el mismo aburrido día, contemplando cómo se van dejando notitas para intentar darle un giro a los acontecimientos, que nunca parece producirse, pues como que me resultó infumable.
La acción, por llamarla de alguna manera, se desarrolla en una mansión venida a menos, una especie de Manderley o Downton Abbey medio abandonado, sin teléfono ni Internet ni comunicación con el exterior donde han sido convocados para una supuesta fiesta varios invitados que supuestamente ya coincidieron hace años en otra velada similar que acabó en tragedia. El protagonista es consciente de si mismo en un cuerpo y una mente que no reconoce como propias y piensa que sufre amnesia. Es testigo de lo que considera un homicidio y pone en funcionamiento la trama en la que va siendo huésped de los cuerpos de los diferentes invitados, ayudado, o no, por una tal Anna, y por un personaje que conocemos como el médico de la peste por la máscara que cubre su cara, y perseguido por otro personaje que denomina "el lacayo" y que pretende matarlo sin que sepamos por qué.
Los personajes cuyos cuerpos va ocupando son más tontos o más listos, con más o menos fuerza física y peores o mejores intenciones pero ninguno acaba de darle la pista que le ayude a averiguar quién matará a Evelyn a cuya muerte asistimos cada vez sin que parezca poder evitarse.
Al principio del libro hay un plano de la casa que yo creía que iba a ser relevante en el caso pero debió hacerlo el autor para que no se le chocaran los personajes ya que como repiten el mismo día con diferentes cuerpos pues no debía querer que se encontrara el protagonista consigo mismo a la misma hora en la misma habitación y con distintos cuerpos, digo yo, pero que no sirve de nada para entender la trama de la que desconecté a la primera de cambio y no consiguió engancharme en ningún momento.
He visto que hay elogiosos comentarios del libro por ahí, así que como para los gustos están los colores y los libros, quien quiera atreverse a leerlo que no me haga caso, pero a mi me decepcionó enormemente. Me había generado muchas expectativas y no me gustó nada. Bueno, algo sí me gustó:  físicamente el libro es muy bonito y sus hojas hacen un ruidito que me gusta mucho encontrarme en los libros y que suelen tener los libros buenos de buenas editoriales. Ático de los libros suele darme en el gusto pero no esta vez.

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