No mucho tiempo sin un Camilleri, aunque no sea de Montalbano. Y en el caso que nos ocupa, ni falta que hace que sea de su detective estrella porque es un libro muy bueno que nada tiene que ver con detectives ni policías.
La obra se basa en un hecho real ocurrido en Sicilia en el año 1677, pero Camilleri toma los pocos datos que se han conservado sobre lo que ocurrió y se inventa el resto de la novela que por tanto no es en sí una novela histórica.
Lo que cuentan los anales es que ese año, poco tiempo después de tomar posesión y recién casado, falleció el Virrey de Sicilia, que por entonces pertenecía a la corona española.
Anielo de Guzmán, marqués de Castel Rodrigo, que hacía las veces del rey en la isla, fallece en el ejercicio de su cargo y, para sorpresa de todos (que la época no era muy feminista que se diga), en su testamento nombra a su esposa regente en tanto se nombre otro virrey, así que Doña Leonor (o Eleonora) de Moura y Corterreal y Moncada de Aragón (sin apellidos que estaba) ocupó el cargo y llegó a ejercer la regencia durante los días que tardaron en largarla: 28 días, un ciclo lunar, de ahí el título de la novela.
A partir de los datos históricos el genio de Don Andrea construye una historia muy entretenida y con importantes dosis de humor, en ocasiones casi negro, pero sobre todo es capaz de mantenernos interesados y muy, muy entretenidos, en los tejemanejes de la vicecorte que intenta boicotear a la regente mientras Doña Leonor, que como muchas de las mujeres de las obras de Camilleri era bellísima y dejaba flasheados y sin argumentos a todos los hombres frente a los que se mostraba, se dedica a realizar una limpieza de corruptos tanto para higiene del virreinato como sobre todo para llevar a cabo una venganza contra quienes se aprovecharon de la muerte de su esposo para conseguir mercedes trampeando y dando la noticia del óbito más tarde de cuando tuvo lugar la muerte fingiendo que el virrey había aprobado todo lo que le pidieron. Además, se dedica a tomar medidas que hoy calificaríamos como sociales costeándolas de su propio peculio logrando un cambio visible en ciertos aspectos pese al poco tiempo que le permitieron ocupar el cargo pues nunca habían tenido en el virreinato tanta prisa en que les mandaran otra autoridad desde España.
Me ha gustado muchísimo, es muy entretenido y Camilleri no deja de sorprenderme. Con la edad que tiene su mentalidad es mucho más avanzada que la de escritores mucho más jóvenes.
Y por cierto que es verdad que Doña Eleonora sí que era muy guapa.
La obra se basa en un hecho real ocurrido en Sicilia en el año 1677, pero Camilleri toma los pocos datos que se han conservado sobre lo que ocurrió y se inventa el resto de la novela que por tanto no es en sí una novela histórica.
Lo que cuentan los anales es que ese año, poco tiempo después de tomar posesión y recién casado, falleció el Virrey de Sicilia, que por entonces pertenecía a la corona española.
Anielo de Guzmán, marqués de Castel Rodrigo, que hacía las veces del rey en la isla, fallece en el ejercicio de su cargo y, para sorpresa de todos (que la época no era muy feminista que se diga), en su testamento nombra a su esposa regente en tanto se nombre otro virrey, así que Doña Leonor (o Eleonora) de Moura y Corterreal y Moncada de Aragón (sin apellidos que estaba) ocupó el cargo y llegó a ejercer la regencia durante los días que tardaron en largarla: 28 días, un ciclo lunar, de ahí el título de la novela.
A partir de los datos históricos el genio de Don Andrea construye una historia muy entretenida y con importantes dosis de humor, en ocasiones casi negro, pero sobre todo es capaz de mantenernos interesados y muy, muy entretenidos, en los tejemanejes de la vicecorte que intenta boicotear a la regente mientras Doña Leonor, que como muchas de las mujeres de las obras de Camilleri era bellísima y dejaba flasheados y sin argumentos a todos los hombres frente a los que se mostraba, se dedica a realizar una limpieza de corruptos tanto para higiene del virreinato como sobre todo para llevar a cabo una venganza contra quienes se aprovecharon de la muerte de su esposo para conseguir mercedes trampeando y dando la noticia del óbito más tarde de cuando tuvo lugar la muerte fingiendo que el virrey había aprobado todo lo que le pidieron. Además, se dedica a tomar medidas que hoy calificaríamos como sociales costeándolas de su propio peculio logrando un cambio visible en ciertos aspectos pese al poco tiempo que le permitieron ocupar el cargo pues nunca habían tenido en el virreinato tanta prisa en que les mandaran otra autoridad desde España.
Me ha gustado muchísimo, es muy entretenido y Camilleri no deja de sorprenderme. Con la edad que tiene su mentalidad es mucho más avanzada que la de escritores mucho más jóvenes.
Y por cierto que es verdad que Doña Eleonora sí que era muy guapa.
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