jueves, mayo 02, 2019

Sexto libro 2019: "Apegos feroces", de Vivian Gornick.

El año pasado me leí "La mujer singular y la ciudad" de esta misma autora y me pareció tan original que puse en lista de espera el que ahora reseño que había escrito muchos años antes (en 1986), aunque en España se publicara en 2017.
Este "Apegos feroces" es a la vez parecido y diferente a "La mujer singular y la ciudad" y habiéndolos leídos en orden inverso reconozco que en algunas partes me comenzó pareciendo algo repetitivo, un volver sobre lo mismo en cuanto a la relación de la autora con su madre, que no debió cambiar mucho a lo largo de la vida de ambas dada sus respectivas personalidades. Pero, en un momento dado, me di cuenta que estaba haciéndolo al revés, porque la autora no podía repetirse en el libro que escribe primero. Y entonces traté de apartar de mi cabeza las ideas preconcebidas y pude disfrutar de esta obra, que dada la época en la que se escribió, resulta más impresionante.
Son una especie de memorias en vaivén desde la época en que las escribe hacia su infancia y vuelta, con la figura de su madre omnipresente y condicionante hasta la obsesión. Cuenta con pinceladas brillantes la vida en el edificio en el que vivía y la relevancia para su formación como mujer que tuvieron las demás mujeres que vivían en un bloque en el que parecía no haber muchos hombres, sobre todo su madre viuda, eterna guardadora de ausencias de su difunto y siempre quejándose de su situación, y su vecina Netti que, maltratada y abandonada, opta por todo lo contrario no haciendo ascos a ningún hombre que se cruce en su vida sin que eso mejore mucho su situación tampoco.
La obra avanza con los paseos de la madre y la hija por Manhattan rememorando los años de la infancia de Vivian con terribles discusiones ya que ambas han vivido la misma realidad pero parecen recordarla de manera diferente y parecen culparse la una a la otra de sus problemas, discusión que no debió terminar en los años ochenta porque bien avanzado el 2000 siguen discutiendo tan ferozmente como en esta obra.
Además de las discusiones madre-hija o precisamente a través de ellas vemos las distintas posiciones de las diferentes mujeres del bloque, los condicionantes sociales, culturales, religiosos (las protagonistas son judías), económicos... Hablan abiertamente de casi todo lo que pasa en el bloque, malos tratos, abusos, sexo, peleas, ... de forma que vamos conociendo casi sin darnos cuenta la realidad donde se crió la autora y que de algún modo condicionó y forjó su forma de ser y su activismo.
Merece la pena leerlo y repasar hacia atrás, como lo hace la autora, para nuestro propio autoanálisis hacia la liberación personal.

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