Después de la mala racha lectora, una también tiene derecho a caer en la tentación y reconozco que no es que cayera, es que me tiré en plancha. ¿A quién no le dejó "El tiempo entre costuras" con ganas de más? ¿Quién no dejó volar su imaginación preguntándose cómo sería la vida de Sira después de sus avatares en aquel libro? ¿Quién podría sustraerse a seguir sus andanzas? Yo no.
Entre el folletín y el thriller, con su pizquita de historia, con un estilo ágil y limpio, una lectura amena y muy, muy entretenida. He disfrutado como hacía mucho tiempo no lo hacía leyendo, dándome las tantas y quedándome con ganas de más al acabar la última página.
Nuestra protagonista, con sus diversos nombres, siempre relacionados con el suyo propio o su familia, parte esta vez de Gibraltar para llevarnos por diferentes ciudades del mundo (Jerusalén, Londres, Madrid, Tánger) siguiendo su peripecia vital a la vez que nos sumerge en las circunstancias históricas de las que es testigo y/o protagonista. Cambia de estado civil (dos veces), tiene un hijo, cambia de profesión y vuelve a trabajar de espía, a ratos envidiando una vida tranquila y ordenada y a ratos criticando a quienes no buscan más emoción en sus vidas. Y siempre valiente, decidida y libre, salvo cuando reaparecen sus miedos de antaño, aunque como ya la pillan más experimentada y madura, puede lidiar con ellos.
La situación entre judíos y palestinos en lo que todavía no era el estado de Israel, la postguerra española y europea, el viaje de Evita Perón a España, la vida en Marruecos de una rica heredera americana que colecciona exmaridos... mundos diferentes, naciones diversas, conflictos internacionales, personajes reales o imaginarios,... a veces en ambientes cosmopolitas, en ocasiones entornos sórdidos, vidas interesantes o anodinas, un trasfondo genial para las correrías de Sira, que, en su parte folletinesca se va encontrando "casualmente" con amigos, o enemigos, del pasado, como si el mundo fuera un pañuelito pequeño. y, como no, sus costuras, que aparecen de vez en cuando.
Lo dicho, que me ha gustado mucho y me lo he pasado muy bien.
Señora Dueñas, ya se que cuesta mucho escribir, y que no sería posible alumbrar pronto otro capítulo de sus aventuras, pero, por Dios paisana, no nos deje tantos años sin volver a saber de Sira.
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