lunes, octubre 23, 2006

Libro recomendado. EL PINTOR QUE ESCRIBÍA de Leticia Wierzchowski.

¿Qué pensábais, que había dejado de leer? Creo que de momento y en tanto la demencia senil o la presbicia no me ataquen es algo que considero imposible.
¿O pensábais que ya estaba incumpliendo mi compromiso y había dejado de leer libros escritos por mujeres? Pues tampoco, lo que pasa es que tampoco todas las mujeres que escriben son buenas y hay libros que me he leído que no me han gustado y por tanto no os he recomendado. He leído (no se le ocurre a nadie) el último de Carmen Posadas, "Juego de niños", y no me ha gustado, salvo las diez o quince últimas páginas, no se si porque ya veía cerca el final o porque si las hubiera dejado como relato corto hubiera sido muy bueno. Sigo leyendo "Recordatorios" de Marguerite Yourcenar, porque como casi todo lo de ella no puede leerse deprisa. Es una especie de autobiografía, muy dura a veces, y que no me veo recomendando porque me está costando a mí leerla y no deseo que nadie sufra.
También tengo en la mesita libros escritos por autores masculinos. Tengo, "La muralla china" de Kafka, que me temo que me costará ampliar el plazo de su lectura en la biblioteca y el último de Muñoz Molina, el del viaje a la luna, que me estoy leyendo bastante deprisa y además tengo cinco o seis "infumables" de esos de fondo de mesita que creo que seré incapaz de retomar pero que no me atrevo a reconocerme incapaz de leerlos y devolverlos a la estantería.
Pero, libros de imposible lectura aparte, el que os quería recomendar es ameno y además muy cortito. Se titula "El pintor que escribía" y su autora se llama Leticia Wierzchowski (que se podía haber puesto un apellido más fácil, porque a ver quién es la guapa o el guapo que la pide en una librería por su nombre). El argumento del libro trata sobre la catalogación de la obra de un pintor, un tal Mario Belluci, italiano emigrado a Brasil, que realiza un marchante de Sao Paulo llamado Augusto Seara (junto a su ayudante/amante) por encargo de la que fue esposa y musa del pintor, Amapola. Mario Belluci, que se suicida al principio del libro, obsesionado con su esposa Amapola, a la que pinta continuamente, había dejado sus impresiones y parte de su biografía escrita detrás de cada uno de los lienzos que Augusto tiene que catalogar y éste, profundamente intrigado por lo que el pintor va contando en cada cuadro, se dedica a leerlos e intrigarnos sobre un gran secreto que ocultan. Bueno, ocultan relativamente porque yo ya me temía lo que pasaba desde la mitad del libro, no obstante lo cual seguí leyendo para comprobar que es precisamente lo que luego pasa. Pese a ello, me gustó bastante. Está publicado en Ediciones B, S.A. y es de 2005.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sobre La muralla de Kafka, no te preocupes por los plazos, que puedo prestártelo. Creo que fue uno de los primeros libros que me compré (si, si me lo compré, luego empecé a usar "bibliotecas").
Sobre autoras, en femenino, pues lo de siempre, buenas y malas, pero eso no creo que dependa para nada del sexo del individuo. Ya te comentaré lo que me ha parecido el que me estoy leyendo ahora, a la sazón de una ciudad realeña, llego por la mitad y solo ha habido un asesinato, pero lo peor es que no se sabe si alguien lo va a resolver o no.

Marinieves dijo...

Gracias Pedro, o eres el único que lee o los/as que leen no tienen tiempo para mi blog.