martes, diciembre 26, 2006

Festival de Villancicos.




Ayer fue el día de Navidad, día por excelencia para creerse que tenemos posibilidades de reforma como especie, que tenemos una familia que nos quiere, unos amigos que nos idolatran, que podemos ser solidarios y que todavía queda amor en el mundo, pues eso, que ayer, aprovechando el espíritu navideño, tuvimos Festival de Villancicos solidarios en El Toboso. Se trata de una tradición en la que participa casi todo el pueblo porque no cabíamos en el auditorio. Se recogieron casi 3.000 euros que se destinarán a las misiones de clarisas y franciscanos en Bolivia, donde los hermanos y hermanas están realizando una importante labor.
Tras la felicitación navideña de rigor y unas palabras de la Alcaldesa, el acto dio comienzo con la intervención de la hermana María Antonia que desarrolla su labor de misionera en Porto Suárez, Bolivia, la cual, con su testimonio y apoyada en una presentación de Powerpoint, nos mostró fotografías de la zona en la que trabaja e intentó transmitirnos lo que significa el espíritu de misión como plus añadido al de función estrictamente humanitaria que pueda desempeñar por ejemplo una ONG. Además, con un buen humor digno de encomio, se prestó a que le hiciera una fotografía de rodillas y no precisamente rezando sino intentando colocar en su sitio el cañón de Powerpoint que no había forma de que proyectara derecho.
El festival propiamente dicho se inició con la actuación de la Banda de Música “Santa Cecilia”, que me sorprendió por la juventud de todos sus miembros. Seguidamente actuó la Asociación Batuta Musical y a continuación para disfrute de padres y madres y abuelas y abuelos los niños de tercero y cuarto del Colegio Público “Miguel de Cervantes” que cantaron, bailaron y recitaron vestido de pastoricillos, de ángeles y de algo parecido a un traje de bailarinas con un corazón en el pecho. Ellos y ellas se lo pasaron en grande y el público disfrutó con la actuación pero la pobre profesora que estaba entre bambalinas sudó la gota negra dando órdenes. Yo me acabé quedando con la diadema de la hormiguita cojita en la cabeza hasta que me la reclamaron al final.
Detrás del colegio actuaron las chicas de la Asociación de baile “Cristo de la Humildad” que hicieron que me cansara sólo con mirarlas. Luego el Laicado Trinitario interpretó dos villancicos y unos “espontáneos” representaron una pantomima y cantaron en el escenario haciendo participar a todo el público. Seguidamente el Taller de baile del Ayuntamiento volvió a llenar el escenario de movimiento para tranquilizarse con el mensaje poético de tres mujeres de la Asociación de Mujeres “Casa de la Torrecilla” que superando las limitaciones del micrófono recitaron también una poesía de Gloria Fuertes.
El Coro Franciscano, el Coro Parroquial y la Coral “Morales de Nieva” concluyeron con sus villancicos la noche que acabó con el sorteo de la cesta de navidad que se llevó una señora llamada Rosa. En fin, que pasando por alto el hecho de trabajar el día de Navidad, me lo pasé como los indios.

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