Ayer estuvimos mi compañera de empleo y yo en la clausura del Curso que se ha venido impartiendo sobre atención a personas dependientes. Han acabado todas con unas ganas locas de ponerse a trabajar y coincidían en que el hecho de asistir a un curso tan exigente y con un horario tan intensivo las ha obligado a distribuirse el tiempo de otra manera y buscar el apoyo de sus familias en las tareas domésticas aunque no siempre, claro, lo han encontrado. Espero que la ilusión que tienen se vea recompensada con la posibilidad de encontrar empleo.
Quiero además tener un detalle con la mujer que ha tenido mejores calificaciones en el curso -un diez-, que para más méritos es mi prima: Montserrat Serrano Ruiz (la que aparece en la primera foto), aunque nadie en la familia la conoce por su nombre sino por el de Esperanza ya que es la sexta de siete hermanos y hermanas que quedaron huérfanos y como ella era la más pequeña de las niñas heredó el nombre de su madre. La quiero un montón, aunque ya se sabe que a veces cuesta demostrar los afectos con la familia más cercana, y me gustaría que le fuera todo bien.
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