Con la publicación de la convocatoria de ayudas para el mantenimiento de las condiciones básicas de vida destinadas a personas que dependieran económicamente de la persona fallecida, etc., etc. (porque vaya nombrecito largo) tenemos el centro lleno de viudas. Bueno, hay un viudo, que por cierto está el pobre sentado en la escalera como escondido.
Como hoy no esperaba una sobrecarga atroz de actividad propia me he ofrecido a la Trabajadora Social para ayudar a rellenar las solicitudes (verdes, monísimas) de la famosa ayuda a personas viudas y "en el pecao he llevao la penitencia". Ojo, mañanita. De todas formas, me sigue sorprendiendo en este trabajo constatar la cantidad de problemas que tiene la gente, y sobre todo muchas mujeres. Problemas que descubres a poquito que "raspes" la superficie o te salgas de protocolo y les des un mínimo de confianza. Muchas veces parece que lo que más necesitan es hablar, contarle a alguien "sus penas".
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