viernes, junio 13, 2008

Que es viernes y... pues eso, que es viernes.

Con eso de ser mañana sábado he estado haciendo viernes en mi correo electrónico y me he encontrado algunos de mi primo Mateo que no soy capaz de ver ni a tortas, pero que mira por donde hoy he encontrado la fórmula, que desde luego no pasa por pinchar y ver. Y me ha aparecido, aparte de un pps que me imagino tenéis todas que lleva por título algo así como "para mujeres con poco tiempo", he podido ver el famoso vídeo de la secretaria de Lepe y he recordado mis experiencias al respecto. No con Lepe ni con el secretariado sino, al contrario de lo que le pasa a la del vídeo, con la vuelta a la máquina de escribir después de estar incorporada a las nuevas tecnologías. Que esto de ser vieja es lo que tiene, que con poquito inquieta que seas vas aprendiendo y aprendiendo y luego sabes desde mandar tablillas cuneiformes a comunicarte vía satélite o hasta ladrar en un cerro si es preciso.
Bueno, yo no hice como la lepera del vídeo porque no me incorporaba al ordenador sino que un día en el Juzgado de Orgaz, cuya máquina de escribir daría para un tomo de la Espasa, tenía que presentar un escrito rápido no recuerdo para qué y como el único ordenador que por entonces había pasado por el Juzgado había sido el que me llevé yo de casa el año que ejercí allí de Juez, lo único que había para que los/as letrados/as, sobre todo del turno de oficio, pudiéramos escribir con algo que no fuera un boli bic (que tampoco solía haber, por cierto), algo remotamente parecido a un aparato de escritura rápida, era la máquina de escribir, así que introduje el folio (después de suplicar de funcionaria en funcionaria para que me dieran un folio blanco porque no me parecía muy ético presentar un escrito en papel de oficio ni nada elegante hacerlo en papel del water), repasé las neuronas para recordar cómo se colocaban los márgenes que algún compañero o alguna compañera ya se había encargado de descolocar, para recordar dónde estaba la palanquita para reducir el doble espacio a sencillo y rezar para que la cinta no se hubiera secado del todo y escribiera por lo menos el encabezamiento del escrito, centré el papel, tecleé AL JUZGADO en el centro del folio sin otro suceso digno de mención que el apelotonamiento de todos los martilletes de las letras que pulsé en el espacio que debía ocupar una sola (es que una escribe "mu" rápido) y seguidamente golpee la tecla del retroceso pensando que era la de retorno de carro del ordenador y me quedé esperando que, milagrosamente, la máquina desplazara su enorme carro hasta el principio de la siguiente línea del folio. Y que conste que no sólo la pulsé una vez hasta que me di cuenta que lo que tenía entre los dedos, aparte de una máquina de generar padrastros (para quienes nunca habéis escrito a máquina intentad hacerlo sin meter los dedos entre las teclas), era una máquina de escribir que en su día debió ser último modelo pero que ya en aquel momento había quedado relegada a la condición de trasto hasta que pueda acceder a la de antigüedad, porque seguro que sigue en alguna dependencia del Juzgado. Y eso que no he hablado de la silla donde estaba sentada a la que le faltó una pata durante todos los años que visité Orgaz casi a diario.
Bueno, por cierto, el vídeo de la secretaria de Lepe lo podéis ver pinchando aquí.

2 comentarios:

Tretitajarba dijo...

Lo que le pasaba a esa secretaria es que tenia el dia yuxtapuesto.

Marinieves dijo...

No es mala la expresión para copiártela Domingo.