Como ya viene siendo tradición el jueves anterior al Día de la Mujer vamos al mercadillo de Quero. El pasado jueves hacía una mañana de perros pero hicimos de tripas corazón y ayudadas por la Asociación de Mujeres "El Salero" colocamos "el chiringuito" y pegamos lazos morados, que este año para ahorrarnos los lazos y los alfileres, y no pincharnos y esas cosas, hemos hecho etiquetas con lacitos. Luego, por la tarde, después de pasar "las de Caín" montando el equipo técnico necesario para la proyección de una película casi hasta sin película, conmemoramos el Día de la Mujer con un acto institucional en el que, a falta de político discursero alguno (que brillaron por su ausencia) me tocó a mi el discurso. Menos mal que contamos con la presencia, ayuda y apoyo de las asociaciones de mi pueblo y de la Concejala de Festejos (que no entra dentro del concepto de "político" más arriba expuesto porque además de no dar el tipo y ser "mu" trabajadora, es mi prima.
Tras soportarme un rato, tuvo lugar la entrega de premios a los niños y a la niña que habían ganado el concurso de biografías que hicimos en el colegio, en el que muy a mi pesar participaron menos de lo que hubiera deseado. Entregamos diplomas a los niños y las niñas que participaron y luego los premios. Fue un rato muy divertido y de muchos nervios hasta que por fin leyeron las biografías premiadas.
A continuación y tras unas palabras de mi compañera Piedad explicando la importancia y funciones del Consejo Local de Igualdad, una de sus miembros, leyó el manifiesto institucional y, por fin, pusimos la película (Caramel) que, para mi sorpresa, se oyó, porque tuve que ir a Villafranca corriendo a por los bafles de mi despacho porque no había forma de conectar el ordenador al equipo de música.
Para finalizar el acto se obsequió a las personas asistentes con tortillas con chocolate, que debieron hacer tortillas para una boda porque las había por todos sitios.
Luego el lunes cuando me recupere del susto intento colgar las fotos del proceso de elaborar las famosas tortillas en sartén porque hice un reportaje cuando las estaban haciendo. Y digo cuando me recupere del susto porque cuando fui a descargar las fotos en mi ordenador del Centro de la Mujer el mismo tuvo a bien prenderle fuego a la tarjeta de mi cámara (la de dos gigas para más inri) y me la dejó como un churro. Al final, con un adaptador pude sacarlas pero la tarjeta ha muerto en acto de servicio. Creo que pasará un tiempo hasta que vuelva a poner la cámara al servicio del trabajo, porque todavía no se me han olvidado los 87 euros que me costó arreglarla y ahora me quedo sin tarjeta. Más tonta yo, que dirá alguno, pero en fin...
No hay comentarios:
Publicar un comentario