El título de este post está copiado de un artículo sobre el estrés y continúa diciendo que cuando la fase de alarma se repite, o se mantiene en el tiempo, el cuerpo reacciona adaptándose al esfuerzo requerido, el cuerpo se adapta pero pagando un precio, una sobretasa por haber sacado al cuerpo de su equilibrio homeostático, "el cuerpo sigue funcionando pero no tan agusto como antes". Y acaba diciendo que llega un momento de agotamiento en el que tras la resistencia contínua las energías se acaban.
Pues eso, que seguimos en estado de alarma hasta el día 15 de enero. Ved el Real Decreto pinchando aquí y la autorización de las Cortes pinchando aquí. Y luego seguid las intrucciones para combatir el estrés: dormir lo suficiente, mantenerse en forma con ejercicio, una buena dieta y adaptación a las circunstancias que lo provocan. Es decir, tragarse las piedras de molino como si fueran somníferos y seguir pacíficamente creyendo que la democracia se mantiene sola y sin costes. Que descanséis.
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