El domingo pasado falleció Wangari Maathai, primera mujer en obtener un doctorado en África Central y Oriental, ecologista (fundadora del Movimiento Cinturón Verde), defensora de los derechos humanos, sobre todo de las mujeres y pacifista.
Se la conocía como la "mujer árbol" ya que su contacto con las mujeres pobres africanas le hizo tomar conciencia de que uno de los principales problemas que tenían era su carencia de leña para cocinar y calentarse debido a que no había muchos árboles. Le pareció una buena solución promocionar la plantación de árboles que proporcionaran leña, forraje, material de construcción... a la vez que protegían las cuencas hidrográficas y estabilizaran el suelo mejorando la agricultura. Fue el principio del GBM (Green Belt Movement, Movimiento Cinturón Verde) que desde 1977 ha favorecido la plantación de más de 47 millones de árboles en África.
Formó parte del Ministerio de Medio Ambiente de su país, Kenia y siempre fomentó la reforestación, la protección de los bosques y la restauración de tierras degradadas, las iniciativas de educación, incluyendo becas para los huérfanos del VIH/SIDA, y un mayor acceso a asesoramiento y pruebas voluntarias, así como mejorar la nutrición de los viven con el VIH/SIDA.
Sirvió de mediadora en situaciones de violencia y recibió en 2004 el Premio Nobel de la Paz en reconocimiento a su labor por el desarrollo sostenible, la democracia y la paz, siendo la primera mujer africana en recibir este honor.
Participó en varias conferencias internacionales manteniendo siempre la idea de que había que hacer lo que cada persona pudiera por contribuir a la mejora del mundo, sin importar lo pequeña que fuera la contribución de cada persona. Os dejo un ejemplo ilustrado de su idea en este vídeo. Aunque está en inglés no hace falta comprender mucho. El protagonista es un pequeño colibrí (de ahí el título "Seré un colibrí") que, ante un incendio en el bosque, al contrario que el resto de los animales que, pese a ser mucho más grandes que él, se quedan parados contemplando cómo arde el bosque, intenta apagarlo tomando agua con su pico de un río cercano y echando sobre el incendio poco más de una gota de agua cada vez. La profesora Maathai decía: "no debemos sentirnos superados por los grandes problemas que nos surjan. No importa cuán pequeño se sea, lo importante es marcar la diferencia para crear un mundo mejor para todos, para África".