martes, abril 21, 2015

El Quijote apócrifo.

Harta ya de estar harta, ya me cansé, de leerme El Jilguero y olé y olé.
Y como estoy todavía más harta del otro libro que estoy alternando con el pajarito, una novela supuestamente histórica que se inventa la vida de Cervantes, pues se me ha venido a la cabeza el Quijote, por aquello del cencerreo del IV Centenario de la segunda parte. 
Y tan aburrida me tienen Donna Tartt y García Jambrina que ya tenía entre las manos la obra de nuestro escritor más ilustre, cuando me ha acordado de otro Quijote cuyo IV Centenario conmemoramos (con menos fastos) el pasado año y que, vergüenza me da decirlo, no lo he leído: el Quijote apócrifo o de Avellaneda. Así que, conteniendo la respiración para evitar estornudos y ahogos alérgicos, he vuelto al armario de los libros antiguos y lo he rescatado del olvido para su lectura.
De momento lo estoy aireando y viendo las ilustraciones que son muy bonitas, pero de esta noche no pasa.

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