Comencé a leer "Si esto es una mujer", el último de Lorenzo Silva escrito a cuatro manos con Noemí Trujillo, que si no me equivoco son matrimonio, y lo tengo por ahí a medias porque no me acababa de convencer la trama, como una especie de domestic noir más atento a la vida personal de la protagonista que al trabajo detectivesco de campo.
Y pensando que igual no le cogía el truquillo porque, además de echar de
menos a mis guardias favoritos de las novelas de Silva, me había
perdido la primera historia de la pareja de escritores con otra... llamemosla detective, al
encontrarme por casualidad con "Nada sucio" y ver que no
es una novela excesivamente larga, decidí adelantar este libro al que me
estaba leyendo a ver si me hacía con la forma de escribir de los autores y me
enganchaba tanto como para continuar con el que me estaba leyendo. Y no se, no
se, igual es por ser una primera novela de Noemí, pero no me acaba de
parecer redonda.
Este "Nada sucio" es la primera novela de una saga con la original novedad de tener la misma protagonista pero diferentes autores que se van sucediendo en la publicación de
los libros. Por cierto, que la prota parece de Quero, que se llama casi como una de las hijas de Marichelo: Sonia Ruiz. Y es
Aunque, al fin y al cabo, es el primer caso de la detective y su bisoñez puede contagiar la trama, de manera que una detective novata me ha llevado a pensar que la culpable es la coautora primeriza en novela negra y no que el personaje de Sonia esté pensado así de temeraria y torpe desde el principio y que se haya logrado el objetivo de los autores.
Y, pensándolo bien, lo que no se me había ocurrido era echarle la culpa al cónyuge de la coautora, que ya es amor de lectora fiel de Lorenzo Silva (aquí golpes de pecho de penitencia por malpensar).
Pues bien, la novela nos presenta a la pobre Sonia en una situación vital nada favorable: la acaba de dejar su marido, no tiene trabajo, pese a haberlo buscado activamente, ni perspectivas de encontrarlo en breve, se le queda en exclusiva el hipotecón de la casa y la enfermedad mental de su madre requiere cada vez más de su tiempo y energías. Total, un cuadro.
Como la cosa no parece que se vaya a decidir por sí sola opta por tirar por la calle del medio y lanzarse al emprendimiento no ocurriéndosele otra cosa que aprovechar la experiencia que obtuvo trabajando dos meses para un detective privado y dedicarse ella también a la investigación, sin título ni formación y en situación digamos discutible con el Fisco y la Seguridad Social, esto es, sin dar de alta por ningún sitio, ni siquiera como detective, que la Dirección General de la Policía lleva un registro especial de detectives privados con despacho abierto; que no lo dice la novela, que lo he buscado en Google porque se me ha generado la duda escribiendo la reseña.
Contra todo pronóstico, a la detective en ciernes le encargan un caso aparentemente sencillo y sin grandes riesgos ni complicaciones: el supuesto acoso del encargado de un supermercado a una empleada del mismo.
El susodicho acosador, casado y con apariencia respetable, parece intentar acostarse con toda mujer que se le pone a tiro si puede hacerlo sin que se entere la suya y sobre todo si están subordinadas a él de forma que le resulte más fácil "convencerlas". Este malnacido, que, para perdición de sus empleadas, se parece a Paul Newman en sus mejores tiempos, no contento con mantener relaciones sexuales con las señoras, graba las relaciones con el vídeo de su teléfono móvil y las distribuye con pingües beneficios en diferentes canales de difusión pornográfica. Una joyita, vamos.
Sonia se lanza de lleno a la investigación ayudada por el hijo de su mejor amiga, al que cuidó de pequeño y que le gusta más de lo que quiere reconocer y que con sólo veinte años (como se repite cansinamente en el relato, que parece que quiere que veamos en Sonia a una asaltacunas o algo así), es un hacha en informática, aunque la carrera la está sacando a trompicones y con el auxilio para los exámenes de algún compañero más estudioso.
La cosa, como no podría ser de otra forma comienza a complicarse y la protagonista va intentando salir airosa del asunto a fuerza de voluntad y de suerte, porque lo que son las técnicas detectivescas que utiliza, dejan mucho que desear. Y eso que la premisa originaria y la promesa que le hace a su compañero de investigaciones es que no se meterán en nada sucio.
No os puedo contar mucho más sin destripar del todo la historia pero a veces me resulta un poco pueril la forma de avanzar en la trama, como si se tratara de novela juvenil o algo así, aunque toca un tema y refleja en una sola persona tipos que por desgracia se mueven en la realidad, a veces impunemente: acosadores, abusadores, distribuidores de pornografía...
No es la octava maravilla pero puede resultar entretenida y me ha animado a seguir con el que dejé inconcluso a ver si Sonia hace algún cursillo de criminalística o investigación o ve algunos capítulos de CSI o de Sherlock y mejora sus técnicas.
Pues bien, la novela nos presenta a la pobre Sonia en una situación vital nada favorable: la acaba de dejar su marido, no tiene trabajo, pese a haberlo buscado activamente, ni perspectivas de encontrarlo en breve, se le queda en exclusiva el hipotecón de la casa y la enfermedad mental de su madre requiere cada vez más de su tiempo y energías. Total, un cuadro.
Como la cosa no parece que se vaya a decidir por sí sola opta por tirar por la calle del medio y lanzarse al emprendimiento no ocurriéndosele otra cosa que aprovechar la experiencia que obtuvo trabajando dos meses para un detective privado y dedicarse ella también a la investigación, sin título ni formación y en situación digamos discutible con el Fisco y la Seguridad Social, esto es, sin dar de alta por ningún sitio, ni siquiera como detective, que la Dirección General de la Policía lleva un registro especial de detectives privados con despacho abierto; que no lo dice la novela, que lo he buscado en Google porque se me ha generado la duda escribiendo la reseña.
Contra todo pronóstico, a la detective en ciernes le encargan un caso aparentemente sencillo y sin grandes riesgos ni complicaciones: el supuesto acoso del encargado de un supermercado a una empleada del mismo.
El susodicho acosador, casado y con apariencia respetable, parece intentar acostarse con toda mujer que se le pone a tiro si puede hacerlo sin que se entere la suya y sobre todo si están subordinadas a él de forma que le resulte más fácil "convencerlas". Este malnacido, que, para perdición de sus empleadas, se parece a Paul Newman en sus mejores tiempos, no contento con mantener relaciones sexuales con las señoras, graba las relaciones con el vídeo de su teléfono móvil y las distribuye con pingües beneficios en diferentes canales de difusión pornográfica. Una joyita, vamos.
Sonia se lanza de lleno a la investigación ayudada por el hijo de su mejor amiga, al que cuidó de pequeño y que le gusta más de lo que quiere reconocer y que con sólo veinte años (como se repite cansinamente en el relato, que parece que quiere que veamos en Sonia a una asaltacunas o algo así), es un hacha en informática, aunque la carrera la está sacando a trompicones y con el auxilio para los exámenes de algún compañero más estudioso.
La cosa, como no podría ser de otra forma comienza a complicarse y la protagonista va intentando salir airosa del asunto a fuerza de voluntad y de suerte, porque lo que son las técnicas detectivescas que utiliza, dejan mucho que desear. Y eso que la premisa originaria y la promesa que le hace a su compañero de investigaciones es que no se meterán en nada sucio.
No os puedo contar mucho más sin destripar del todo la historia pero a veces me resulta un poco pueril la forma de avanzar en la trama, como si se tratara de novela juvenil o algo así, aunque toca un tema y refleja en una sola persona tipos que por desgracia se mueven en la realidad, a veces impunemente: acosadores, abusadores, distribuidores de pornografía...
No es la octava maravilla pero puede resultar entretenida y me ha animado a seguir con el que dejé inconcluso a ver si Sonia hace algún cursillo de criminalística o investigación o ve algunos capítulos de CSI o de Sherlock y mejora sus técnicas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario