Me pasó a mi con la portada del libro lo que al padre de los protagonistas con la casa que da título a la novela. Me encantó. Y, luego dentro, la lectura no ha sido tan buena como esperaba que fuera, como tampoco lo fue la vida en La Casa Holandesa para quienes en ella vivieron.
Comprar un libro por la portada me pasa a veces y éste, aunque no lo elegí yo (es de los mensuales de Bookish), me enamoró nada más verlo. Y tocarlo, porque las letras del nombre de la autora y el título de la obra están en relieve. Y olerlo, porque huele como los libros deben leer al abanicar sus páginas. Por cierto papel de fibra certificado.
Y además, con ese título, que parece pedir a gritos una imagen de la casa que por extraña no dejamos de imaginar durante toda nuestra lectura, el hecho de que tuviera esta portada me mantuvo intrigada casi hasta el final.
La imagen del cuadro de la chica es una obra de Noah Saterstrom (que estaba sin mi hasta este libro) y no os puedo decir más. Una cosa, no leáis la contraportada, que destripa parte de las claves de la novela. Es preferible dejarse sorprender.
Cuando he dicho arriba que la obra no ha sido tan buena como esperaba no quería decir que no me haya gustado, pero sí que ha habido muchas páginas que me han aburrido. Y me ha decepcionado que los personajes no parezcan evolucionar, pese a que los giros de la historia sí lo vaya haciendo. O por lo menos Danny, que me sigue pareciendo tan infantil como al principio, incapaz de profundizar en la complicada personalidad de su familia y demasiado centrado en lo que él desea como apreciar lo que quieren las personas que le rodean. No es mal tipo pero a veces dan ganas de sacudirlo.
Evidentemente, el personaje central de la historia, aparte de la madre ausente y la mala madrastra, es Maeve, la hermana y casi madre de Danny, aunque sea éste quien la narre.
Cuando la madre de ambos desaparece dejando un halo de misterio, orfandad y abandono en los hermanos, Maeve, mayor que Danny, cuida de él, le protege de Andrea, la madrastra (el prototipo de madrastra, con dos hijas de otro matrimonio, como la de La Cenicienta) y le hace estudiar medicina, aunque sea una carrera que él no desea, ya que todo su afán se centra en comprar edificios para rehabilitarlos y alquilar apartamentos, que es lo que hacía su padre, y aunque la idea de su hermana sea fundirse el fondo para estudios que es lo único que heredan de su padre, que le dejó todo a la madrastra.
La casa se llama "holandesa" porque Cyril, el padre de Maeve y Danny, la compró al banco a precio de ganga cuando la familia holandesa que la había diseñado, decorado y habitado durante años, los VanHoebeek (pronunciado "vanjúbeik"), se arruinaron y murieron sin herederos. Fue un regalo para su esposa, a la que no parece que le hiciera mucha gracia porque, según parece, se marchó a la India abandonando a su familia.
Según avanzamos en la lectura nos imaginamos la casa de una manera, porque resulta muy original, tanto en su concepción espacial, su arquitectura, su transparencia y su decoración. Sí, su decoración, porque Cyril compró la casa con todo lo que contenía: muebles, cuadros, libros... y no se cambia nada ni se le añade prácticamente nada. Incluso en el trato se incluye a Peluche, la hija del antiguo chófer y la antigua cocinera de los anteriores dueños que pasa a convertirse en la niñera de los hermanos, ya que su madrastra no les tiene mucho aprecio.
La historia de la novela es un círculo que partiendo del día que Andrea y sus hijas llegan a La Casa Holandesa, poniendo patas arriba el mundo de los dos hermanos, hasta que, muchos años después, con sus vidas más o menos organizadas, que han pasado como si mentalmente no hubieran evolucionado en absoluto desde su infancia, aparcando el coche cada poco tiempo frente a la casa sin atreverse a más, ocurre algo que revoluciona su existencia y, sobre todo, reexplica totalmente la historia que los hermanos tienen como recuerdo.
Se reescribe casi todo al final y tiene un fin, un poquito moña a mi entender, que cambia nuestra perspectiva totalmente, como les pasa a los hermanos.
Se reescribe casi todo al final y tiene un fin, un poquito moña a mi entender, que cambia nuestra perspectiva totalmente, como les pasa a los hermanos.
Ya digo. No me ha disgustado pero se me han hecho lentos muchos pasajes y Danny me parece un simple de cuidado que no se entera de la misa la media y creo que muchos de los personajes podrían dar más juego y no aparecer tan planos y tan iguales en el tiempo. Pero no esta mal.