domingo, septiembre 13, 2020

"El mal de Corcira", de Lorenzo Silva. El 25/2020.

Cuidado que me caía bien Bevilacqua cuando era un guardia civil normalito que investigaba con empeño, y entre él y Virginia Chamorro se dedicaban a desfacer entuertos pateándose España durmiendo en cuarteles y comiendo de menú. Me resultaba familiar y me recordaba a muchos guardias concienzudos y trabajadores que he conocido a lo largo de mi carrera profesional. 

Pero, de un tiempo a esta parte, me está pareciendo un pedante de mucho cuidado con citas textuales de libros, recomendaciones de leer a Tucídides (por lo del título del libro y la referencia al mal endémico de matarnos entre paisanos), pero con poco trabajo de campo, del de verdad. Y encima Chamorro no tiene mucha cancha en los libros.

En este último la pobre se lleva un tiro a la primera de cambio que la aparta de la historia casi hasta el final y deja a Bevilacqua intentando, y casi fracasando, aclarar las circunstancias de la muerte de un antiguo etarra gay en tierras baleares. Tenemos a un aparente culpable desde el principio, pero teniendo en cuenta quién fue la "víctima" se intenta atar y bien-atar todos los flecos de la investigación para no meter la pata, lo que lleva al subteniente a recordar sus tiempos de guardia bisoño en Intxaurrondo y sus inicios en la relación con el que ahora es su jefe, quien le fichó para una brigada medio infiltrada en la lucha contra el terrorismo.

La historia es poco creíble en muchos puntos y abusan de las cámaras de vigilancia y de tráfico, que permiten seguir los pasos del supuesto asesino y del muerto como si fueran las cámaras del CSI a cuyas imágenes pasan un programa de corrección de enfoque y en vez de verse los granos en la imagen se distinguen hasta los del acné delincuente.

Reconozco que la novela me aburrió soberanamente, a lo mejor por no soportar más de cinco páginas cada noche, lo que la convirtió en eterna. Al final, con la recuperación de Chamorro, sube un poco el ritmo narrativo y la trama toma otra velocidad hasta la solución final, que llevaba esperándose desde muy al principio. En resumen, decepcionante. Esperemos que el próximo, si lo hay, me resulte un poquito más entretenido. Si es que no se jubila Bevilacqua.

2 comentarios:

Silvia dijo...

Teniendo en cuenta que es sin lugar a dudas uno de los mejores escritores de la literatura española actual, y que ha construido una saga capaz de enganchar a todo tipo de lectores, que se perpetúa a lo largo de años y años sin quebrarse, me parece una crítica durísima, realmente. Si conocieras un poco al escritor, y lo importante que es para él el tema que aborda, entenderías los tiempos de situación de las escenas. Seguramente por tu profesión harás algo parecido, dedicar un tiempo a situar a tu audiencia, y está bien así, lo haces por una razón, o varias. Yo me leí el libro en un par de tardes, por tanto me resultó muy ameno. Y la verdad es que no veo ningún cambio en el enfoque "humildemente culto" de Bevilacqua, más allá de una madurez, que le ha hecho un poco más melancólico si acaso. Espero que puedas enfocarlo de otro modo si le das otra lectura, y espero también que Bevilacqua no se jubile nunca.

Marinieves dijo...

Gracias por tu comentario.
Conozco al autor desde sus primeros libros y lo sigo tanto que me estoy leyendo estos días "La llama de Focea!", el último Bevilacqua de momento. Que yo tampoco quiero que se jubile, ¿eh?, aunque por edad igual tendría que haber pasado ya a la reserva o a prestar servicio a la puerta de algún Juzgado si fuera un guardia de verdad.
Como lo sigo y leo todo lo que publica me fastidia que alguno me aburra. Pero por la misma razón creo que tengo derecho a opinar lo que me ha parecido cada libro y mis sensaciones con él. A veces, una también tiene épocas en que ni los de cabecera me hacen disfrutar. That's life.
Gracias por mirar mi blog. Que por cierto tengo muy abandonado. A ver si me pongo. Tener comentarios ayuda.
Un saludo Silvia y buenas lecturas.