domingo, septiembre 19, 2021

"El club de la élite", de Esteban Navarro. 14/2021.

Mejor tomarse esta novela como un divertimento del autor al coger el relevo de la saga de la detective Sonia Ruiz que van haciendo avanzar diferentes escritores. Mejor tomársela en broma porque si no, no es que sea mala, es que es malísima.
Sonia ya tiene agencia de detectives abierta al público en la calle Carretas, pero sigue viviendo con su amigo Pau, del CNI, en tanto pueda mudarse a otro piso. Un amigo común, Luismi, ex-policía local expulsado del cuerpo que se dedicaba también a labores detectivescas freelance y sin dar de alta, aparece muerto cuando estaba envuelto en una investigación referida a un grupo de personas con cargos relevantes (un juez, un fiscal, un alcalde, el presidente de una Diputación, un comisario de policía y un alto cargo de la guardia civil, que no pongo los cargos en masculino por lo del masculino genérico sino porque todos son hombres). 
Resulta que aparentemente se reúnen como inocentes integrantes de un club de lectura, pero el autor del primer libro que acaban de leer aparece muerto, supuestamente de manera accidental. Pero como su viuda no acababa de creerse lo del accidente del tráfico de su marido, había contratado a Luismi, quien aparece muerto en Torrejón de Ardoz, calcinado en su coche.
Sonia, que había tenido un rollo intermitente con Luismi, y Pau, que los presentó, comienzan a investigar por su cuenta, ya que la Policía no parece tener mucho interés en el caso y no sospecha que las muertes no sean otra cosa que accidentes, y una coincidencia el hecho de que ambos difuntos tuvieran algún tipo de relación con el club de lectura del chalet donde se organzan las reuniones, el del alcalde de Mataseña, localidad inventada que en la novela se ubica entre Pinto y Valdemoro.
Sonia, detective sin encargo profesional de nadie, y Pau, tirando de su carnet del CNI, como si el Centro Nacional de Inteligencia fuera el FBI y tuviera competencias de la investigación, comienzan a hurgar en las vidas de las personas que forman el club de lectura, contactando con la viuda del primer autor del libro (que era tan malo que alguno de los miembros del club había dejado caer que era "para matarlo), con la mujer del alcalde, ligerita de cascos, ella, y, como el alcalde no tiene mayordomo, pues con su ama de llaves.
Entre tanto vamos escuchando al juez hablando con el fiscal, al militar con el guardia y entre todos, dejando ver desde el principio que muy pinta de asesinos no tienen, aunque alguno tenga muchísimo morro para usar y abusar de los coches oficiales. Pero, como cualquier novela negra que se precie, por muy chapucera que sea, (y ésta lo es mucho), suele trampear al lector para hacerle pensar una cosa que luego no es, no dejamos de mirar de reojo a los miembros del club de lectura, si bien desde muy pronto las sospechas, (las mías, que no las de Sonia y Pau, que van despacio... no, lo siguiente), nos van llevando en otra dirección.
En fin, que una vez que se es consciente de que no puede tratarse de una novela seria (si lo es, que me perdone el autor, pero no me lo ha parecido) se disfruta de ella, sobre todo cuanto entra en acción el ama de llaves, lo mejor del libro.

jueves, septiembre 09, 2021

"Tirar del hilo", de Andrea Camilleri. 13/2021.

He leído muchísimos libros de autores ya muertos, así que no sé por qué saber que Camilleri ya no está entre los vivos y sobre todo saber que, por razones obvias, no va a escribir más, me pone tan triste y me causa casi enfado. Me pasó lo mismo cuando murió Delibes, que casi me parecía una traición, como si el pobre hubiera querido morirse. En fin, cosas mías. Menos mal que Camilleri dejó cosillas sin publicar y podremos seguir tirando de archivo.

Hablando de "tirar", el último libro que me he leído de mi añorado Camilleri lleva por título "tirar del hilo" y de costuras, o de costurera, va la cosa. Y su protagonista, cómo no, el comisario Montalbano.

La novela comienza con una de las visitas de la novia del comisario, Livia, esa relación a distancia con visitas con derecho a roce que mantienen desde hace años. Ella vive en Génova y él en Sicilia y se ven de pascuas a ramos, hablan todos los días y discuten casi con la misma frecuencia, pero la cosa sigue viva, imagino que por exigencias del guion para dejar libre al comisario en su mundo sin que parezca que no es capaz de tener algo serio con alguna mujer.

En el marco de las masivas llegadas de inmigrantes a la costa de Sicilia, los policías al servicio de la comisaría de Montalbano están dedicados en su práctica totalidad y casi durante todas horas del día y de la noche a asistir en los desembarcos, sin dormir y sin relevos. En las traducciones les ayuda altruistamente un antiguo músico que en su día llegó también en patera.

Livia, que se encuentra en Vigata (la localidad de nombre inventado donde vive su novio), pretende que Salvo la acompañe a las bodas de plata de unos amigos y quiere que le confeccionen un traje a medida, cosa que al comisario no hace ninguna gracia. Y menos cuando le dice que ya tiene pedida cita y que será una modista y no un sastre quien le tome medidas y le cosa el traje.

Cuando por fin Montalbano se da por vencido y acude a la modista, la misma le deja totalmente abducido debido a su simpatía y personalidad, pero, mira por dónde, tras la primera prueba de la chaqueta del traje, Elena, que así se llama la modista, aparece brutalmente apuñalada en su establecimiento prácticamente cosida a pinchazos provocados con unas tijeras, salvo en los pechos.

Salvo se toma la investigación como cosa propia y trata de compaginar la coordinación de la oleada migratoria con el caso del asesinato de su modista, investigando la vida personal de Elena ya que la violencia de la agresión lleva a pensar que quien cometiera el delito tenía algo personal contra la modista.

Con la ayuda de una de las empleadas de la sastrería, que también colabora en las traducciones del árabe de los inmigrantes, investiga al que parece ser su última relación, que para el mujeriego subcomisario Mimi Augello es el candidato ideal porque le había birlado una conquista. Descartan al intérprete de árabe que también había tenido una relación con la víctima y van de sospecha en sospecha, remontándose en el pasado de la modista quien pese a su simpatía realmente era una persona bastante más opaca y reservada y parece guardar algún secreto que, por supuesto el comisario acaba descubriendo en el desenlace casi demasiado rápido del final.

El libro, como casi todos los de Camilleri, es muy ameno. Y como ya es de los que dictó porque se había quedado ciego es rápido en la redacción, preciso en el lenguaje, pero sin adornos, como escrito de una tirada, lo que lo hace casi mejor. Es muy entretenido y, como siempre, resulta también muy interesante, y abre el apetito, el recorrido gastronómico de Montalbano por la trattoria de su amigo Enzo, que hacen necesario su paseo hasta la roca de la playa para bajar calorías, y las comidas que le deja su cocinera en el horno para su deleite cuando vuelva a casa.

Además de la trama policiaca la novela es muy interesante como crítica social a la que nunca fue ajeno Camilleri, en este caso sobre la crisis migratoria, las mafias, las bajezas y grandezas de la gente anónima... Digno de ser leído.