jueves, enero 06, 2022

"El nudo Windsor", de S. J. (Sophia) Bennett. El 20º y último de 2021.

La Reina Isabel II convertida en investigadora. Un libro encantador, entretenido y muy divertido. 

A la mañana siguiente de una fiesta en el palacio de Windsor, uno de los invitados, Maksim Brodsky, un guapo pianista ruso aparece muerto, aparentemente asfixiado en una práctica erótica. Lo que parece un accidente pronto queda claro que es un homicidio.

La misma reina, afectada porque el hecho haya tenido lugar en su casa, toma pronto cartas en el asunto, sobre todo cuando ve que el servicio secreto y la policía se centran en una línea de investigación que afecta a la servidumbre de palacio y comienzan a interrogarlos intentando encontrar un agente encubierto del gobierno ruso. Como el pianista había sido crítico con Putin, dirigen sus pesquisas hacia el Kremblin.

La Queen, que acompañada de sus inseparables corgis, reconoce en persona la habitación donde han ocurrido los hechos y enseguida se da cuenta de que un nudo tan flojo no había podido ahogar a nadie y que tampoco hubiera aguantado el peso un armario tan poco resistente que formaba parte de las últimas habitaciones amuebladas sin mucho glamour por su esposo para invitados de menor renombre en una zona del palacio que antes servía poco menos que de trastero.

Isabel inicia una investigación paralela y, como no puede hacerlo abiertamente ni contradecir a los detectives, se apoya en Rozie Oshodi, una secretaria adjunta de ascendencia nigeriana, que lleva poco tiempo trabajando para ella y que, sobre unos tacones de vértigo, se entrega a la causa como si no hubiera un mañana, interrogando a quien no puede hacerlo la reina, concertando reuniones y haciendo llegar las pistas de la reina a quien puede hacerlas llegar a la policía y al MI5, hasta hacerles creer que son ellos quienes siguiendo chivatazos anónimos han averiguado la verdad hasta llegar al culpable, consiguiendo así la reina solucionar el caso y evitar la nefasta publicidad que le reportaría un asesinato no resuelto en Windsor. La policía se lleva los éxitos y ella, la verdadera detective, hace que su casa salga airosa del incidente.

El libro, como digo, es divertidísimo y plasma una imagen de la reina muy positiva, ya que, además de la trama en sí de la novela, conocemos la forma de ser de la reina, su sentido del humor, su pasión por los caballos, el amor por sus corgis, su perspicacia, el conocimiento de la forma de ser de su esposo y su familia, su habilidad para conquistar a todo el que tiene trato con ella, aunque se le acerque con todos los prejuicios del mundo por su edad y con la idea de que es un poco simple. Me ha gustado mucho y me ha recordado otro sobre la reina que leí ("Una lectora nada común"), que por cierto es de un autor con el mismo apellido que el de la autora de este, sin que sean familia, creo.
 
Parece ser que esta escritora no ha agotado las historias de detectives de la reina y que el es el primero de una serie sobre "Su Majestad, la reina investigadora", cuyos pasos seguiré de cerca.

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