Khady Koita nació en Senegal y lleva veintidós años luchando contra la práctica de la ablación ostentando el cargo de Presidenta de la Red Europea de lucha contra las mutilaciones sexuales. Ha recibido, entre otros premios, el premio a la tolerancia que otorga la Comunidad de Madrid y el de Derechos Humanos que otorga el Consejo General de la Abogacía Española.
Ella misma fue mutilada a los siete años por su abuela, sufriendo después malos tratos por parte de su marido, que la trataba como una esclava, por lo que sabe en propia carne lo que es ser privada de los derechos humanos. Incluso tres de sus cuatro hijas fueron sometidas a la ablación hasta que pudo convencer de sus principios a su propia familia, de forma que la cuarta de sus hijas ya no fue sometida a esa vejación.
Escribió su propia biografía (el libro se llama "Mutilada" y ya lo he pedido a la Casa del Libro, ya os contaré) y declara que sueña con "conseguir que cada mujer disfrute de su dignidad y su integridad física y moral. Ver el día en que no se hable de derechos del hombre o de la mujer, sino de derechos humanos".
Relata que la práctica de la ablación se ha traído a Europa por inmigrantes y defiende su desaparición en los países africanos en que existe pero, sobre todo, que no se olvide que las niñas nacidas en Europa de padre y/o madre africanos son europeas y no debe permitirse en suelo europeo una tan flagrante violación de sus derechos.
Considera que la mutilación es un atentado contra la dignidad y la integridad de la mujer, dice que "mutila nuestro sexo, pero también una parte de nuestro cerebro, buscando que seamos sumisas, muy sumisas. Te mutilan para garantizar la virginidad y que llegues casta al matrimonio, para que no puedas buscar a otro hombre, porque cuando una mujer es mutilada, se queda sin ganas de hacer el amor, el deseo físico desaparece. La culpable es la educación. Se educa a la mujer, desde bien niña, en que existe sólo para casarse y ocuparse de su marido e hijos. Le hacen llegar la idea de que la mujer está sólo para contraer matrimonio, procrear y ser esclava de su marido; que no tiene derecho a pensar por sí sola, a reflexionar, a vivir como otra persona cualquiera. Se le despoja de su dignidad e integridad. Y cuando a una persona se le quita su dignidad, ¿qué le queda? No gran cosa. Y la mutilación se hace sólo por eso: por el control y la dominación sexual sobre la mujer".
Considera que la mutilación es un atentado contra la dignidad y la integridad de la mujer, dice que "mutila nuestro sexo, pero también una parte de nuestro cerebro, buscando que seamos sumisas, muy sumisas. Te mutilan para garantizar la virginidad y que llegues casta al matrimonio, para que no puedas buscar a otro hombre, porque cuando una mujer es mutilada, se queda sin ganas de hacer el amor, el deseo físico desaparece. La culpable es la educación. Se educa a la mujer, desde bien niña, en que existe sólo para casarse y ocuparse de su marido e hijos. Le hacen llegar la idea de que la mujer está sólo para contraer matrimonio, procrear y ser esclava de su marido; que no tiene derecho a pensar por sí sola, a reflexionar, a vivir como otra persona cualquiera. Se le despoja de su dignidad e integridad. Y cuando a una persona se le quita su dignidad, ¿qué le queda? No gran cosa. Y la mutilación se hace sólo por eso: por el control y la dominación sexual sobre la mujer".
Impresionante. Se puede decir más alto, pero no más claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario