Moneando por Internet mientras hacía tiempo para ir al dentista (que es una obligación a la que de forma irracionablemente irracional tengo un miedo atroz) he encontrado que una revista de humor (“Annuals of Improbable Research”; algo así como Anuario de Investigaciones Inverosímiles) celebra una fiesta en la Universidad de Harvard en la que premia investigaciones publicadas en revistas habitualmente serias pero que son investigaciones que provocan risa pese a que son tan profundas, conciezudas y serias que han pasado riguroso examen por parte de otros científicos que avalan en estudio (un “peer review”, vamos) pero que desde luego una tiene dudas de que la gente científica pierda el tiempo en ellas. Y parece ser que sí, que lo pierden. Son una especie de Anti-Nobel, como los Anti-Grammy o los Anti-Oscars.
Y veréis por qué si os entretenéis en leer los premiados de este año en
http://improbable.com/ig/winners/ o, si no queréis molestaros en traducir, seguís leyendo en el resumen que os he hecho:
· En el apartado de
Nutrición: Maximiliano Zampini de la Universidad de Trento y Charles Spencer de la de Oxford, por demostrar que la comida sabe mejor si es crujiente, en un estudio publicado en "Journal of Sensory Studies". (Sobre todo si son patatas fritas, ¿no? Y mira que yo creía que la Universidad de Oxford se dedicaba a cosas serias. Qué engañada vive una).
· En el de la
Paz: El premio es para el Comité Federal Suizo de Ética sobre Tecnología no Humana, y el resto de ciudadanos suizos, por aprobar en abril pasado el principio legal de que las plantas tienen dignidad. (Que se lo pregunten a mi palmera que se estaba secando porque la tenía en una maceta mirriosa y en cuanto que la he transplantado a un “recipiente digno” se ha recuperado. Debe haber considerado esta “solución habitacional” mejor que la anterior).
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Arqueología: Astolfo Gomes de Mello Araujo y Jose Carlos Marcelino, ambos de la Universidad de Sao Paulo en Brasil, recibirán el premio por descubrir hasta qué punto los armadillos pueden desordenar los restos en una excavación arqueológica y lograr que su investigación se publicara en "Geoarchaeology". (Yo prodría demostrar igualmente la que pueden liar unos gatos con una madeja de lana o un elefante en una cacharería sin necesidad de formar parte de equipo investigador alguno, o los mismos gatos y, sobre todo, el mismo elefante en la excavación arqueológica de los armadillos).
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Biología: Aunque también aquí estamos poco representadas, también hay mujeres. Así, Marie-Christine Cadiergues, Christel Joubert y Michel Franc, de la Facultad de Veterinaria de Toulouse (Francia), han ganado el premio en este apartado por demostrar que las pulgas saltan más sobre los perros que sobre los gatos (ya ves, y yo sin haberme dado cuenta), en un artículo en "Veterinary Parasitology".
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Medicina: Aquí un estadounidense se ha cubierto de gloria: Dan Ariely recibirá el premio por haber conseguido demostrar que la medicina falsa pero cara funciona mejor que la medicina falsa y barata. Publicó su estudio en el Journal of American Medical Association y, digo yo, que si es falsa no debiera funcionar pero se ve que el efecto placebo, unido al sablazo que te dan, ocasiona que, aunque no te haga nada el medicamento, salgas hablando maravillas y te cures para no volver a pagar. Algo así como lo que cura el Frenadol por no volver a tomarte otro.
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Ciencias cognitivas: Toshiyuki Nakagaki, Hiroyasu Yamada, Ryo Kobayashi, Atsushi Tero y Akio Ishiguro (todos ellos japoneses por si nos os habíais dado cuenta), y Agota Toth, húngaro, han resultado ganadores en este apartado por demostrar en "Nature" que el moho mucilaginoso puede resolver puzzles. (Lo siento, me he deprimido. Yo soy muy mala con los puzles y eso de que el moho mucilaginoso, que no se lo que es pero da mucho asco, los haga mejor…)
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Economía: No me extraña que la economía vaya como va si los economistas americanos no salen de los locales de striptease y sus universidades se creen que están investigando. Y es que en el apartado de economía tres americanos (Geoffrey Millar, Joshua Tyber y Brent Jordan) de la Universidad de Nuevo Mexico en Estados Unidos han descubierto que las ganancias de una bailarina de "striptease" dependen de su ciclo menstrual y además publicaron la investigación en una revista: “Evolution and Human Behavior". ¡Cómo no va a estar la economía americana como está!
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Física: Otros dos estadounidenses (Dorian Raymer y Douglas Smith) sin nada que hacer se dedicaron a intentar probar que un montón de cuerdas, pelos o cualquier otra cosa acaba enredándose y formando nudos, cosa que cualquiera que haya intentado coserse el bajo de los pantalones sabe. Pero además, la revista "Proceedings of the National Academy of Sciences" (PNAS) va y les publica la investigación. Si anda mal la economía, no se yo qué le espera a la física americana.
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Química: Este es de los mejores porque es compartido entre los estadounidenses Sheree Umpierre, Joseph Hill y Deborah Anderson, por descubrir que la Coca-Cola es un espermicida efectivo, y publicarlo por "New England Journal of Medicine", y los taiwaneses C.Y. Hong, C.C. Shieh, P. Wu y B.N. Chiang, por descubrir justo lo contrario y publicarlo en "Human Toxicology". Hay gente que no sabe todavía que la Coca-Cola es para bebérsela, o, como mucho, para desatascar el lavabo.
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Literatura: Por último el británico David Sims, de la Cass Business School de Londres, será quien reciba el premio en este apartado por un estudio que dice ser apasionante y que lleva por título, "Bastardo: Una Exploración Narrativa de la Experiencia de Indagar dentro de las Organizaciones". (Lo de bastardo se traduce de otra forma pero este no es lugar).
Como veis, para que le publiquen a alguien algo lo que hace falta es imaginación. Y yo que siempre aplazo lo del doctorado por no encontrar tema para la tesis doctoral. No se yo si "el derecho de las cocodrilas del Nilo en cautividad a elegir libremente cocodrilo" o "las obligaciones urbanísticas de los castores de los ríos americanos" podrían ser del interés de alguna revista de Derecho que se precie o, en su defecto, de Nature, que no parece importarle mucho la temática.
