El día 15 estuvimos en el teatro en Almagro con el Grupo CEAR. Actuaban en el Corral de Comedias dos toboseños en la obra de Lope de Vega "Lo fingido verdadero" y había que ir sí o sí. Tomamos la cosa con tiempo (bueno, yo con poco tiempo porque llegué la última al autobús). Salimos sobre las seis y media porque siempre es un placer dar un paseíto por Almagro. Llegamos sin novedad y nos hicimos la foto de grupo por si nos desperdigábamos tanto que luego no había manera. Si vais pinchando en las fotos que cuelgo podéis acceder a otras.Acercándonos a la plaza vimos la iglesia abierta así que, todavía en manada, pasamos a verla. No está mal pero no es la de El Toboso, claro. Además que pudimos comprobar que las nuevas tecnologías en desague de pilas bautismales dejan mucho que desear.
Seguimos hasta la plaza, que vaya las veces que vaya, a mi me sigue impresionando. No había tanta gente como otros años, así que pudimos disfrutar de un cómodo paseo hasta llegar a la puerta del famoso corral de comedias donde nos recibió Adrián, que eso de tener enchufe con los actores es un puntazo.
Quedamos para las diez y media en la puerta y nos desperdigamos por Almagro para seguir paseando y tomar un piscolabis fresquito, que frío no hacía ninguno. Anocheció y la plaza sigue siendo bonita incluso con luz artificial y luego... al teatro, a disfrutar de la obra en el incomparable Corral de Comedias, al cual dicho sea de paso podían haber habilitado un sistema de ventilación porque las que estábamos en las galerías de la derecha del escenario estuvimos a punto del colapso por golpe de calor.
Tanto nos habían prevenido con las dificultades de la obra que me temía un argumento imposible con una puesta en escena minimalista e incomprensible. Pero nada de eso, la obra se comprendía muy bien y los títeres (que además eran preciosos) añadían un punto muy interesante. Lo que si me sorprendió de la obra fue su casi actualidad en cuanto a temática, sobre todo en cuanto tenía de crítica política, en la parte de la sucesión de los emperadores y prescindibilidad de los mismos al cambiar por el siguiente, cuando los tiraban bajo la mesa amontonados, y también en la apuesta de Lope mezclando ficción y realidad en escena, algo que luego parecía modernísimo y novedosísimo cuando lo hacían Pirandelo y otros. Me gustó mucho y la interpretación de los actores toboseños magistral, sobre todo la voz de Adrián y hasta su ahorcamiento en escena, aunque desde mi sitio veía perfectamente el arnés que impedía que se ahorcara de veras. También me gustó mucho la forma de mover los títeres de otro de los actores que no se cómo se llama pero que hacía moverse a uno de los emperadores como si fuera una persona y no un muñeco de madera.
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