Hoy, por fin, me ha llegado el tercer libro de Millenium:
"La reina en el palacio de las corrientes de aire". Digo "por fin" porque me tenía que haber llegado ayer, día que salía el libro y día en el que la Casa del Idem se había comprometido a que una servidora lo tuviera en sus manos. He estado repasando la doctrina jurisprudencial sobre las reclamaciones por mora y el cumplimiento extemporáneo de las obligaciones contraídas pero luego he pensado que voy a empezar a leerme el libro y ya le ajustaré las cuentas a la Casa del Libro. Que no estoy "pa lios". Y es que voy a tener que pegar un número en la fachada del Centro de la Mujer, uno cualquiera, o por lo menos un "s/n" para que sepan encontrarlo quienes reparten los pedidos porque va a pasar Ecuador entero a traerme libros y todavía está por encontrar el Centro de la Mujer alguien. Siempre les toca venir dos veces y, "cuidao" que lo reflejo en el pedido y luego viene en la etiqueta bien "especificadito", pero se ve que no pasa nadie de la línea que pone "C/ Maestro Joaquín Rodrigo, s/n" y se dan la vuelta por "dirección incompleta". Yo creo que ni intentan buscarme porque digo yo que alguien me conocerá en la calle.
El libro es todavía más grueso que los otros dos y, sabiendo que no va a haber un cuarto "por defunción del autor", habrá que leerselo degustando las páginas, lo cual implicará una nueva tendinitis en cualquiera de mis dedos gordos de cualquiera de mis dos manos o una fractura de esternón por leer en la cama.
Bueno, a lo que iba, que estuve viendo hace poco la película, la del primer libro, la de "Los hombres que no amaban a las mujeres", que llevaba sin ir al cine una eternidad (no, miento, que había visto la semana anterior "Ángeles y Demonios", por cierto, sin pena ni gloria), y me pasó lo que siempre me pasa cuando me leo el libro antes, que no me acabó de cuadrar. Aunque suele ser algo habitual (lo de que no me guste la película si el libro me ha gustado, salvo que la película sea un peliculón de órdago), ésta es que me gustó más bien poco, se me hizo larga y me predispuso contra el idioma sueco desde las primeras escenas. Porque vamos a ver, que está una leyendo tan ricamente Michael Blomkvist (pues eso, Maikel Blomvist) y la periodista que retrasmite desde la puerta del Juzgado lo pronuncia algo así como Blumfist, que ya te cambia media película de golpe. Menos mal que Salander admite pocas variaciones, que si no... Pero, me centro, el libro tiene puntos que desaparecen totalmente en la película y no me estoy refieriendo sólo a las frases que incluye al principio de cada capítulo con datos sobre la violencia de género en Suecia (por ejemplo del tipo "En Suecia el cuarenta y seis por ciento de las mujeres han sufrido violencia por parte de algún hombre", que ya es para echarse a temblar teniendo en cuenta que hablamos de Suecia y no de Afganistán, pongamos por caso), no es sólo eso, ni el hecho de que por muy larga que sea (que lo es, y se hace más) una película no puede incluir todos los matices de un libro, no, no es sólo eso, es que le cambian la personalidad a la mitad de los personajes y de los protagonistas al masculino, que, salvo en su relación con la otra prota, parece un monje cartujo en la película y en el libro es más bien un hombre fácil que "se deja" con la primera que pasa por el capítulo. No parece tener más relación que la estrictamente profesional con la directora de la revista Millenium, no tiene otra cosa que un coñac con testigos con una de las sospechosas... pero bueno, este no es mi Blomkvist que me lo han cambiado, que además yo me lo imaginaba bastante más guapo. Luego, la que ahora pasa por la hacker más famosa de la literatura, Lisbeth Salander, que me parece la mejor de la película, tampoco desarrolla todos los perfiles de su personaje. La película es lenta, se hace pesada y, al fin y al cabo, una está ya acostumbrada a Hollywood y pide algún guapo o guapa en las películas, pero en esta no se salva ninguno ni por casualidad ¿serán así todos los suecos? Claro que eran las suecas las que tenían la fama, no los suecos. A ver si va a ser eso.
En resumidas cuentas, que os leais el libro y, si os apetece, ved la película, porque lo que no podéis hacer es manteneros al margen del fenómeno Millenium, que luego hay muchas horas de terracita en el verano y seguro que sale entre los temas de conversación y queda feo, o por lo menos snob, decir que no nos lo hemos leído ni hemos visto la película.
Para los que se quieran ahorrar la labor el libro es difícil de resumir porque hay muchas historias que dan "ramas" a la trama principal. Pero así por encima os puedo decir sin descubriros mucho que el tal Michael Blomkvist es un periodista que acaba de ser condenado por publicar una noticia supuestamente falsa sobre un potentado mafioso a tiempo casi completo llamado Wennerström (que vaya usted a saber cómo se pronuncia después del fiasco del prota). Le condenan por difamación y para olvidar las penas y acabar de deprimirse se "refugia" en un pueblo sueco con nombre sueco que está en una isla de una región bastante fresquita de Suecia, trabajando para un tal Vender, el patriarca retirado de un imperio empresarial de capa caída que vive obsesionado con la desaparción de una sobrina hace la tira de años y que todo el mundo cree muerta. [Aquí en este preciso momento podéis respirar, que os voy a ahogar].
Sigo: alguien envía a Vender un cuadro de flores secas todos los años por su cumpleaños, piensa que puede ser la persona que asesinó a la sobrina y contrata a Michael para investigar, ofreciéndole una cantidad obscena de coronas suecas por el trabajo y poniéndole de zanahoria delante del palo la idea de que puede darle información "caliente" sobre Wennerström. Vender había estado investigando la vida y milagros de Blomkvist mediante los servicios de una agencia de detectives llamada Milton Security en la que trabaja en ratos perdidos Lisbeth Salander, una curiosa joven con tatuajes por todo el cuerpo y con una complexión cuasi-anoréxica que resulta que se conoce todos los entresijos del mundo de internet (sin que le haga falta el hacker gordo de la película) y ambos comienzan a colaborar en la investigación. Paralelamente a esta trama vamos conociendo parte de la azarosa vida de Salander, que tiene un tutor al que dan ganas de hacerle lo mismo que le hace ella desde el primer momento que aparece en escena y así, durante cientos de páginas, vas sospechando de uno en uno y de una en una, como en los libros de Ágatha Christie, de cualquiera que pasa por el libro (que no por la película, que hay menos sospechosos y, sobre todo, menos sospechosas). Y no os voy a contar más, hay mucha acción (más en el libro que en la película) y pasaréis buenos ratos. Además se aprende mucho de la vida en Suecia, no sólo el hecho de que también hay machismo, sino cosas prácticas como que para entrar en las casas haya que marcar un código, de las relaciones de trabajo, acoso sexual incluido y formas de darle solución (en la parte de la policía), sobre los tipos de contrato, sobre todo freelance, en el mundo del periodismo y la investigación privada, los distintos tipos de relaciones... En fin, mucho, que aunque yo estaba algo familiarizada con algunas cosas por los libros de Henning Mankell, en este aparecen muchas más y se le pasa antes la depresión al protagonista, porque el pobre detective Wallander de Mankell (por el que reconozco mi debilidad) está siempre peor que yo. Bueno, ánimo y a leer, o al cine, como queráis.
¡Ah! Por cierto, que si queréis saber cómo se pronuncia de verdad de la buena Michael Blomkvist, pinchad
aquí y luego en la flechita azul que os va a aparecer. Que Internet a veces (a mi, casi todos los días) sorprende.