Os cuelgo una carta que ha escrito una compañera de un Centro de la Mujer que ha sido despedida junto con sus demás compañeras y uno de los pocos compañeros que trabajan en Centros de la Mujer. No se si sabéis y si no lo sabéis os lo cuento que los Centros de la Mujer, tal cual los conocéis, están heridos de muerte. La Junta de Comunidades comunicó a los Ayuntamientos su intención de no renovar los convenios con los Ayuntamientos, a la mayoría de los cuales, por cierto, debe todo el año del convenio anterior. Así que muchas entidades locales, tanto Ayuntamientos, como Mancomunidades, han decidido despedir a sus profesionales. Nuestro Centro aguanta gracias a que el Ayuntamiento que nos contrató sigue confiando en nosotras y ha decidido esperar al anunciado Decreto que según se ha anunciado se aprobará el día 22, así que esperemos que nos permita seguir dando cobertura a la atención tal como veníamos haciendo o que por lo menos podamos atender a nuestras usuarias de la mejor forma sin pérdida de demasiados derechos laborales. Si no, espero que me toque la lotería y pueda minimizar los efectos que esta situación está provocando en mi y en tantas compañeras y los compañeros a los que afecta una medida que ha conmovido un sistema que lleva funcionando en algunas localidades más de quince años (nuestro Centro se abrió por ejemplo en junio de 1996), atendiendo de manera integral a tantas mujeres, realizando tantas actividades para las poblaciones de tantos pueblos, con sueldos pequeños y contratos que han resultado ser basura para tanta gente.
No suelen faltarme palabras salvo cuando mi epilepsia se empeña en bloquearme pero estos días no soy capaz de expresar convenientemente lo que siento. Creo que podría decir que es tristeza, también frustración. Sí, me siendo frustrada por haber invertido tanto tiempo y pasión en algo en lo que parece que no cree nadie, aunque lo volvería hacer igual, qué le vamos a hacer. Es lo que tienen los principios, que es difícil cambiarlos, salvo cuando nunca los has tenido.
En fin que iba a colgar la carta y como siga voy a escribir yo otra. La carta es de una compañera del Centro de la Mujer de Bargas. Es esta:
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Soy una mujer de 36 años, que me diplomé gracias al esfuerzo de otras mujeres que creyeron y lucharon para que nosotras, que somos la mitad de la ciudadanía, pudiéramos ocupar nuestro espacio y tener la oportunidad de acceder a derechos que por el hecho de ser mujeres teníamos vetados.
Muchas, hemos conseguido, empleos que nos han permitido crecer y desarrollar una independencia económica, emocional, social y en mi caso, además, el poder trabajar ayudando a otras mujeres, a sus menores a cargo, y a muchas mujeres víctimas de la violencia ejercida por hombres, para que pudiesen salir adelante con el apoyo y esfuerzo de mujeres profesionales que como yo hemos velado para conseguir oportunidades de acceso de cara a un mundo más justo e igualitario.
Así pues a día de hoy, en que la restricción y cierre de los Recursos de la Mujer de nuestra Región es ya una realidad, y en dónde los equipos profesionales están formados en su mayoría por mujeres, me siento como mujer de nuevo doblemente discriminada, no sólo por el hecho de haber perdido mi empleo de forma sectorizada, sino porque esta decisión se toma estando en el poder una mujer, la Sra. Mª Dolores de Cospedal que ocupa el cargo de Presidenta de nuestra Comunidad, no sólo por su esfuerzo sino por el de muchas mujeres que a lo largo de nuestra historia hemos luchado para que estas oportunidades fueran una realidad también en Castilla La Mancha, región que en Noviembre de 2010 aprobó la Ley 12/2010 de Igualdad entre mujeres y hombres de Castilla La Mancha y que fue pionera en España con la Ley 5/2001 de Prevención de Malos Tratos y de Protección a las Mujeres Maltratadas garantizando así un apoyo y atención integral a todas las mujeres a través de los distintos Recursos, Centros de la Mujer, Centros de Urgencias, Casas de Acogida, Centro de Acogida para Mujeres Jóvenes y Casa de Acogida para víctimas de Tráfico y Explotación Sexual.
Siento que, en un espacio de DEMOCRACIA en el SIGLO XXI, en el que las mujeres habíamos avanzado, en el tiempo en que escribo estas líneas retrocedemos a pasos agigantados, encontrándonos modelos que cómo el de nuestra presidenta, ejerce el poder cómo lo han hecho los hombres, y contra lo que hemos luchado, actuando una vez más sin tener en cuenta a las mujeres, mitad de la población de la región que gobierna, librándose de un servicio que ha constituido una atención integral y de defensa en pro de una igualdad real entre los hombres y mujeres de Castilla La Mancha.
La mayoría de las profesionales que atendemos estos recursos somos: mujeres y madres… que una vez más, vemos como se arremete contra nuestros derechos, eliminando nuestra estabilidad laboral y todo lo que supone y relegándonos como siempre a un segundo plano, que ocuparemos junto con las mujeres que necesitan de estos recursos especializados.
A partir de ahora se pretende implementar lo que denominan desde nuestro gobierno Regional “nuevos instrumentos jurídicos de prestación del servicio”, con condiciones laborales que afectarán a sueldos y jornadas volviéndonos a colocar a las mujeres de nuevo en una posición de dependencia de otros, además de poner en entredicho nuestro trabajo y esfuerzo realizado durante todos estos años menospreciando nuestra labor profesional y por tanto nuestro valor como mujeres.
Una vez más transmiten a las mujeres, que son quiénes dan la vida, la responsabilidad de tener que asumir para trabajar unas condiciones laborales precarias y además seguir siéndoles rentables social y políticamente principalmente a la Administración Regional con la tolerancia de la Administración Local, fomentando con estas decisiones nuestra invisibilización.
ESTEFANIA VILLASEVIL LÓPEZ