Ni que decir tiene que la mejor forma de no gastar toner es que no te lo compren y no lo puedas sustituir. El ahorro supone el 100% pero la impresora resulta inútil y estorba un montón en la mesa para la nula utilidad que reporta. Otras ventajas que reporta son la ecológica disminución del ruido ambiental y la importante reducción del riesgo laboral de sordera, que no si os pasa lo mismo que a mi cuando apagáis un ordenador o una impresora laser de las de antes, que sentís de pronto un enorme alivio con el silencio sin que os hayáis percatado del ruido que estabais soportando hasta que el mismo desaparece. Y eso que no habéis oído el ordenador de nuestra técnica de recursos.
En cuanto a la tinta, mejor no dejarse engañar por las maravillosas impresoras de chorro de tinta que resultan más baratas que sustituir luego los consumibles que usa. Que de ahí debe venir lo del "chorro de tinta", que no se qué pasa que siempre falta alguno de los colores y nos pasamos la vida cambiándolos y siempre sin tinta. Esas impresoras, por antieconómicas, antiecológicas, ineficientes y por no tener normalmente tinta cuando más falta hacen, mejor olvidarnos directamente de ellas y buscar el punto limpio más cercano para deshacernos de ellas. Total, para que tampoco os compren cartuchos, pues eso, que al punto limpio.
En fin, que nos queda una fotocopiadora de segunda mano, de momento con toner y todavía con algún folio reciclable por alguna de sus caras y que no ha convertido en abanico al tratar de reutilizarlo. ¿Cómo podemos ahorrarle toner?
1ª opción: no imprimiendo. El ahorro es total, como en el caso de mi laser pero con los mismos problemas de eficacia y resultados.
2ª opción: imprimir menos. ¿Cómo? Hay varias posibles respuestas según quién pretenda usar la fotocopiadora:
a) Si es alguien de la calle que tras pasarse por otras dependencias sin haber conseguido que nadie le haga una fotocopia, depende:
- Si tiene cara de pena y maneras de pobre y necesita una o dos páginas, pues quedamos bien y se la hacemos.
- Si son más hojas o no tiene el aspecto antes reseñado, pues se le dice, bien que dentro de la política de austeridad y ahorro imperante en este Municipio debe buscar otra fotocopiadora, bien que se nos ha acabado el toner (lo cual puede ser posible) o bien que no tenemos folios (lo que igualmente puede suceder), adoptando entonces nosotras la cara de pena y pobreza que debiera haber exhibido quien nos solicita la fotocopia.
b) Si somos nosotras quienes necesitamos la fotocopia y ante la imposibilidad de utilizar las dos caras del papel dada las conocidas tendencias folclóricas de nuestra fotocopiadora que convierte las holandesas en andaluzas con abanico, no nos queda otra que mirar con lupa qué queremos imprimir y tratar de imprimir con la menor resolución posible. Así que, con riesgo laboral de incremento de nuestra vista cansada o incluso de ceguera (no compensable con la disminución de la sordera por el aquel de no encender mi impresora), trataremos de seleccionar en el ordenador qué documentación nos es necesario conservar en papel y qué otra podemos leer en pantalla con los riesgos antes citados. Y, por fin, en el caso de que tengamos ya las pestañas al borde de la ignición o nos sea necesario imprimir algo, hacerlo con la menor resolución posible:
- Con la letra en gris, que consume luego menos toner.
- Disminuyendo el tamaño de la letra para que quepa más información en cada página.
- Reduciendo márgenes.
- Quitando dibujillos.
- Utilizando tipos de letras que puedan hacer ahorrar tinta. Que, por cierto, es a lo que iba, que me he encontrado una fuente que permite imprimir letras con agujeritos. Se llama ecofont y os la podéis bajar gratis pinchando
aquí. Tened cuidado ya que la web intenta que os descarguéis también su barra de herramientas.
Después de descargar la fuente deberéis acordaros de guardarla en la carpeta de Fonts de Windows para que la reconozca vuestro procesador de textos.
La cosa queda luego más o menos así:
Si después de llevar una temporada haciendo equilibrios en el alambre para ahorrar un euro al erario público os encontráis con un cartel a pleno color con todas las tintas y los negros más negros que visualizar podáis procedente de servicios que debieran sufrir las mismas limitaciones que el vuestro, que no os de la depresión del siglo ni compenséis el ahorro imprimiendo la Espasa entera. Tratad de disimular vuestra cara de pocker para acordaros que el cielo ecologista os espera con un hueco junto a santos y santas de altar y tontos y tontas del bote.